martes, 30 de septiembre de 2008

BLOG CERRADO POR DECISION DEL AUTOR

Música para esta entrada: The Excorcist theme

Estimados lectores, he decidido finalizar con este espacio.


Lamentablemente se me ha agujereado el techo del castillo donde suelo trabajar en las noches, y es mejor retirarse a tiempo y con la frente alta que chamuscado y de día. Como les decía, razones de índole edilicia me obligan a apartarme de este espacio. Es vital para mí no trabajar de día, espero lo sepan entender.
No insistan, la decisión es irrevocable.
Este blog permanecerá cerrado, por lo menos hasta que consiga un techista que no tema entrar a mi morada. Entre tanto, habrá algún alma caritativa que me provea de un lugar donde pasar los días?

Tengo todo el tiempo del mundo para darles...
Siempre suyos
C.D.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Un viaje en taxi II: Nosotros no damos

Música para esta entrada: Cite tango


Taaaxiiiiiiii!!!
No querido, no me abras la puerta porque no te voy a dar nada!
Más vieja será tu madre, que además debe hacer la calle, mocoso insolente!
¿A ud. le parece chofer? Recién bajada del avión y ya empezamos.
Por favor, a Gelly y Obes y Galileo. ¿Se ubica? Atrás de la Embajada de Inglaterra. Qué vergüenza, ¡por favor! ¿Macri no piensa hacer nada con estos delincuentes?
No me diga que son chicos. Son delincuentes. Y a Macri lo votamos para que los limpie. O me va a decir que tienen arreglo. Desde chiquitos mendigando en la calle, limpiando parabrisas, haciendo malabares en los semáforos, prostituyéndose, drogándose. De ahí a delincuentes juveniles, un paso. Yo no les doy un peso jamás.
Que le vayan a pedir a Magoya. Si después se la gastan en la birra, en el paco, en la bolsita de pegamento, en cualquier cosa. Porque señor Ud. va a coincidir conmigo que esto con los militares no pasaba, ¿no? Y con Menem, no sé si pasaba, pero por lo menos éramos un país de verdad. ¿O no escuchó la anécdota de Carlos Perciavalle pagando su estadía en el Waldorf Astoria con pesos argentinos? ¿Cómo que no sabe qué es? El hotel más lujoso de Nueva York.
Pero volvamos al tema. Yo no les doy nunca. Y en casa tampoco damos nunca. Para qué, si son todos unos delincuentes. No tienen arreglo, para mi la solución es mano dura al principio y si no se enderezan y meten la pata, pena de muerte.
Yo ya estoy podrida de los progres…Son blanditos, eso es lo que son. Los fines de semana son un infierno hasta llegar al country. Mi marido tiene una 4 X 4 y los nenes sus autitos, y cada vez que salen una está con el corazón en la boca. Y la Cristina, esa comunista que le gusta el Che Guevara, por qué no reconoce que es montonera de una vez? Si dejan salir a los delincuentes a los 10 minutos y a Videla lo tienen preso. En Chile por lo menos lo dejaron morir en libertad a Pinochet. Acá no respetamos a nadie…
Ay, ya estamos llegando. ¿Tiene cambio de $100.-?




domingo, 28 de septiembre de 2008

El socio de Newman y Redford


Música para esta entrada: Scott Joplin

En el año 73 mi hermana estaba enamorada de Robert Redford, y tenía colgado un super poster parecido a este en nuestro cuarto. Claro que también le gustaba el señor que lo acompañaba, un poco más mayor, Paul Newman. Todos en la familia nos hicimos fanáticos de esta película, que encima era apta para todo público y la fuimos a ver tres o cuatro veces. Hace pocos años volví a verla y me siguió pareciendo fantástica. Pero mi manera de homenajear al gran Paul no es hablando de él sino en primer lugar trayendo el recuerdo del viejo poster de mi hermana, colgado en el cuarto de la casa de la esquina, y en segundo lugar, recordando al tercer protagonista de esta película, el gran Scott Joplin, autor de la más famosa música de toda la filmografía mundial (¿me pasé?)
Breve reseña pinta y pega: "nació en Texas en 1868 y murió en Nueva York en 1.917. Fue una de las figuras más importantes en el desarrollo del ragtime clásico. A diferencia de otros músicos contemporáneos, tuvo una formación musical clásica muy sólida, lo que se materializó en su tendencia a obtener un equilibrio formal basándose en el uso de tonalidades muy próximas entre sí. Tocó en burdeles y tabernas, además de teatros. Scott Joplin no grabó nunca audios, aunque sí algunos piano rolls a finales de 1915 o principios de 1916; su legado, por tanto, se centra casi exclusivamente en sus partituras, diseñadas "para una ejecución milimétrica y minuciosa por parte del artista"

No hace falta escuchar "The entertainer" (conocido en español como "el anfitrión") porque está sellado en todos nuestros cerebros. En este caso y para brindar por ellos escogí otra canción, tan buena como esa.
Salud Paul Newman!
Salud Scott Joplin!



sábado, 27 de septiembre de 2008

La travesía

Música para esta entrada: U2 y led Zeppelin


El hombre va en su vieja camioneta por la solitaria ruta de La Pampa. Lleva muchas horas al volante, y sabe que el principal peligro aquí es la nada. El tramo que acaba de tomar tiene más de doscientos kilómetros sin una sola curva. Una línea recta cruzando la llanura, perfecta, aburrida porque apenas pasan otros autos, y por eso, peligrosa.
Más de un siglo atrás, los gauchos que cruzaban el desierto para llegar al Neuquén, llamaban a este camino “la travesía”: a caballo, con un frío intenso en la noche y un sol abrasador en el día, pocos lograban llegar con vida. Sólo desierto, apenas algunos arbustos, nada de agua.
Y ahora, aunque la ruta llamada “Conquista del desierto” esté bien, la travesía continúa siendo peligrosa. Nadie choca, pero muchos se duermen, muerden la banquina y al querer enderezar el auto, vuelcan en soledad. Cien años después de los gauchos de a caballo, y por otros motivos, el paso sigue siendo igual de solitario y mortal.
El hombre conoce la historia y quiere llegar rápido a Neuquén.
Pero el sueño comienza a vencerlo. Y ya no hay nada hasta dentro de 190 km. Ni el teléfono tiene señal. Amanece y comienza a arrepentirse de no haber parado en el último pueblo…Y esa línea recta de doscientos kilómetros empieza a fastidiarlo. Hace rato que no cruza a nadie. Los párpados insisten en cerrarse. Pone la música fuerte, pero no hay caso.
Piensa en detenerse pero el desierto lo asusta. No sabe si seguir o dar la vuelta. Para evitar la banquina, y viendo que nadie viene por la mano contraria, acelera a fondo por el medio de la ruta. Ya no es él quien conduce. Le parece verse desde afuera. Un tipo adormilado manejando la vieja Ford por el centro del camino.
También ve desde afuera al mismo tipo, cuando finalmente se duerme. Quiere avisarle que va a morder la banquina pero no puede. Sabe que el volantazo postrero que intenta será inútil. Las ruedas de la F100 ya están girando en falso de cara al cielo azul, en el medio del desierto pampeano. Es la travesía que no perdona.



miércoles, 24 de septiembre de 2008

Sísifo

Música para esta entrada: Pink Floyd y Vangelis

Y aquí estoy yo
levantando una y mil veces la piedra del castigo
Hades no perdona
la mentira.

No me importa
el cargarla para siempre
si salí de la morada de los muertos
para oler al aire, sentir la tierra, cruzar los mares
una vez más.

No temo revelar los secretos de los Dioses
Traicionarlos a ellos o a los hombres
Pero no a la vida. A ella jamás la traicioné.
¿Qué otra cosa debe hacerse
que vivir cada día un poco más?
¡Un poco más!

ya encontraré luego la manera
de engañarlos otra vez.

lunes, 22 de septiembre de 2008

El llamado de la naturaleza

Música para esta entrada: Vivaldi
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El sujeto se acaba de despertar, y mira todo sorprendido. ¿Dónde está? El cuarto es muy lujoso, como el de esos hoteles que se ven en las películas. La cama es inmensa, pero nadie lo acompaña. Descorre las cortinas y se encuentra con un hermoso e inmenso bosque lleno de ardillas. La mañana parece de otoño y el sol da de lleno en la ventana; los pájaros cantan pacíficamente. Pero él no sabe donde está. Y lo que es peor, tampoco recuerda quién es. Busca alguna señal por la habitación imponente, y nada. Es todo muy impersonal, no encuentra pista alguna.
La calidez de la mañana comienza a oscurecerse por la angustia.
Está solo en un cuarto que no conoce y no sabe quién es o a qué se dedica. No se atreve a abrir la puerta. Tal vez esté durmiendo, y se trate sólo de una pesadilla. Pero pasan los minutos y nada. El, el inmenso cuarto impersonal, y afuera el bosque de otoño, las ardillas y los pájaros cantando.
Tratando de buscar serenidad y decidir un curso de acción, se asoma de nuevo a la ventana y la angustia se disipa por un momento ante la mañana tibia.
Reconfortado ante la vista de la naturaleza decide salir del cuarto, pero en ese instante suena el teléfono. Lo levanta con un dejo de alegría, tal vez el enigma se devele de inmediato:
- Sí?
- Señor Presidente, los misiles están en posición. Sólo falta que Ud. de la orden.

Afuera, las ardillas comen avellanas tranquilamente, y los pájaros siguen cantando alegres en el bosque. Es la vida manifestándose.



miércoles, 17 de septiembre de 2008

Samba pa ti en "Charo"

Música para esta entrada: Samba pa ti
Esta música para un señor y para mí es algo más que una gran canción de Santana.
Estabámos todavía en la escuela cuando se nos ocurrió festejar un cumpleaños en un cabaret que tenía chicas que bailaban.
Para ser un tosco nigth club de barrio lleno de señores –casi todos mayores y discretos- no era tan peligroso y nos gustó. Al menos no había gente de temer como en otros que habíamos visitado esa noche inicial buscando donde pasar el rato…
El asunto no pasaba de ahí. Las chicas hacían su show y ya, a lo sumo después bajaban y se tomaban algo con quien las invitara. La primera vez éramos como diez y fue un lío, pero mi amigo y yo quedamos flasheados con dos de las chicas.
Y una hacía el numerito con esta canción.
Yo creo que los dos solos estuvimos yendo un mes seguido como creyentes de misa diaria. El plan era invitarlas a salir de ahí de alguna manera, pero era imposible, no lo hacían con nadie y menos con nosotros, porque se reían y no nos tomaban en serio.
No fue que nos sacaran mucho dinero porque no lo teníamos, y cuando la noche estaba tranquila bajaban a conversar con sus niños-admiradores. Nos decían que tal vez más adelante, que ya veríamos, y nosotros nos desesperábamos planificando “el momento”.
Los dueños nos empezaron a conocer y ahí estábamos con actitud de habitués, firmes en todos los sentidos imaginables. Y claro, cuando no nos prestaban atención y teníamos resuelto abandonar la empresa, hacían el numerito a centímetros de nosotros y nos prendíamos fuego. Y una de ellas siempre con esta canción.
Claro está que nunca salimos con las chicas. No eran especialmente mayores, una de ellas yo creo que nos llevaría tres o cuatro años, pero ahora analizando el asunto a la distancia la salida era imposible, sobre todo viendo las fotos de los "galanes" en ese entonces.

“Charo” no existe más, por supuesto. Pero cada vez que escucho esta canción me acuerdo de ese mes de asistencia perfecta con mi amigo (¿cómo habríamos resuelto en casa el hecho de llegar tarde tantas veces?) y los insólitos planes que trazábamos para seducir a las damas en cuestión…sin encontrar la suerte de los principiantes.

martes, 16 de septiembre de 2008

Nada

Música para esta entrada: The Persuaders y Streets of Philadelphia
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Cuando nada se te ocurre
O las cosas interfieren más
que de costumbre
El punto es que todo es nada
o lo que sale no te gusta
Es mejor no perder tiempos
propios ni ajenos
Mejor es detenerse.
Ya que es malo con certeza,
por lo menos que sea breve.

Gracias Marichu

viernes, 12 de septiembre de 2008

El sueño de Pedro Menárdez



Una helada noche de invierno, el fantasma de Borges se apareció en el humilde cuarto de Menárdez. Y la vieja mano se apoyó en la suya, guiándola por el jardín de los senderos que se bifurcan.
La mano de Menárdez, vigorosa por el impulso espectral, dejó atrás el jardín y escribió un duelo a cuchillo entre el bibliotecario Dahlmann y un paisano en El Sur.
No se detuvo. Continuó escribiendo a Funes y su memoria perfecta; al sótano del Aleph; al Hombre de la Esquina Rosada; al Muerto; al Inmortal.
El amanecer se escondía detrás de las nubes grises, y Menárdez seguía escribiendo frenéticamente y con el pulso intacto, casi demoníaco, El reloj de arena, La Biblioteca de Babel, El Zahir, Borges y yo.
Pero no disertaba acerca de esas narraciones. El las escribía por primera vez, como si comenzaran a existir desde esa noche.
Cuando Pedro Menárdez despertó, ya era de día.
Recordó su sueño inmediatamente y se sintió dichoso, tan dichoso que demoró unos segundos en darse cuenta del dolor en su mano.
Incrédulo, se levantó y se acercó a la mesa de madera. No había más que un papel escrito con una caligrafía que conocía, pero que no era la suya.
Comenzó a leer el manuscrito. Nada decía sobre gauchos, guapos, árabes, relojes de arena o ruinas circulares. Se escuchó decir a viva voz:

“Es una revelación cotejar el don Quijote de Menard con el de Cervantes. Este, por ejemplo, escribió (Don Quijote, primera parte, noveno capítulo):

…la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo porvenir.

Redactada en el siglo diecisiete, redactada por el “ingenio lego” Cervantes, esa enumeración es un mero elogio retórico de la historia. Menard, en cambio, escribe:

…la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo porvenir.

La historia, madre de la verdad; la idea es asombrosa. Menard, contemporáneo de William James, no define la historia como una indagación de la realidad sino como su origen. La verdad histórica, para él, no es lo que sucedió; es lo que juzgamos que sucedió. Las cláusulas finales –ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir- son descaradamente pragmáticas.
También es vívido el contraste de estilos. El estilo arcaizante de Menard –extranjero al fin- adolece de alguna afectación. No así el del precursor, que maneja con desenfado el español corriente de su época”

Extrañamente, el título del manuscrito estaba en el final:
“Pierre Menárd, autor del Quijote” Jorge Luis Borges, 1.939

Pedro Menárdez lo leyó como si fuera la primera vez. Y lloró.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Propuesta II

Música para esta entrada: Contigo y A la orilla de la chimenea

Y si luego de bailar para mí
me pidieras cualquier cosa
pues la haría!
Si la noche
no ha llegado a hacerse día.

Puedo ser –como Joaquín-
Tu mal y tu bien
Tu pan y tu vino.

Sólo es cuestión
que te decidas
y me digas
lo que quieres
ahora mismo.
Que mañana quede lejos,
a años luz.
En otro siglo.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Una de domingo

Música para esta entrada: Procol Harum y Génesis
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Cuando ya casi en el desenlace apareció el cadáver del cocinero con un inmenso cuchillo –obviamente de su cocina- hundido hasta el mango sobre su pecho; y más tarde la luz de la luna dejó ver al jardinero tendido sobre el rosal más bello de la mansión con las púas de su rastrillo clavadas hasta el corazón; luego de haberme revuelto casi dos horas en la butaca viendo el desfile de los cuerpos de cada uno de los invitados a la cena y también el del anfitrión, todos ellos apuñalados con diferentes objetos que les pertenecían o representaban, no necesité escuchar la explicación del viejo oficial de policía en la última escena de la película para darme cuenta sin temor a equivocarme de que el asesino iba a ser el mayordomo. Y sin embargo me equivoqué. El asesino era el viejo oficial de policía.
O al menos, esa es la explicación que le dio el fiel mayordomo al detective que llegó después.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Un viaje en taxi

Música para esta entrada: Joni Mitchell

Andá a la puta que te parió, pelotudo! No ves que estoy yo primero?

Perdone jefe, adonde me dijo que vamos? No le molesta que fume, no?
Es que en este país le dan el registro profesional a cualquiera…
Si yo le contara…Catorce horas me paso arriba del taxi. Catorce horas! Y para qué? Para que un tarado venga y me quiera robar el pasajero en la cara.
Antes no era así. Antes había respeto…

Forra! Usá la luz de giro! O la tenés de adorno?

Le decía. Fijesé lo que pasa: nos llenamos de peruanos, bolivianos y paraguayos que nos roban el trabajo a los argentinos. Por qué no se vuelve cada uno a su tierra?
Pero vienen acá. Porque este país es como un corcho en el agua, por más que lo hundan siempre sale a flote. Por eso a los argentinos nos buscan en todas partes del mundo. Fijesé. En la NASA, hay un argentino. Premios Nobel, siempre un argentino compitiendo. También tenemos a Borges. Igual yo no lo leí, porque era flor de cagador, amigo de los ingleses. Pero escribir escribía bien, eh....Y eso por no hablar de fóbal. Porque no me va a decir que los negritos son más que nosotros. Lo que pasa que ellos tienen a Havelange que les arregla todos los partidos.

Porque acá somos gente que se prepara. Yo mismo, sin ir más lejos, tengo aprobadas algunas materias de psicología social...Lo que nos falta a nosotros es orden y que los políticos dejen de robar. Para mí, tendrían que volver los militares. Y al que no le gusta, al paredón. El que roba, veinte años. Al violador, al asesino, pena de muerte.

Uy jefe, mire las tetas de esa mina: cómo te daría bebota! Dale, que a vos te gusta…

Le decía, acá no hay respeto y nadie quiere trabajar. Los pibes van a la facultad a rascarse las pelotas. Los padres no los controlan, entonces o salen zurditos amantes del Che, o directamente les salen trolos. Perdón, gays, como se dice ahora. Aunque en el barrio les decimos putos, no? A esos también habría que mandarlos adentro....El día que terminemos con los putos, los comunistas y los judíos se arregla todo. Usted sabe que en la patagonia iban a fundar Israel, no? Y si no son los milicos, tendríamos que tener un Stroessner, un Fidel, un Berlusconi. Encima el tano tiene cada nena…Mano dura y respeto! Eso es lo que falta acá.

Pero la concha de tu madre, infeliz! No te podés cruzar de carril! Aprendé a manejar!

Le decía, a mí me gusta Berlusconi. No vio como los tiene cagando a todos y no deja entrar a los negros? Pero conmigo los tanos se equivocaron, porque mi bisabuela era calabresa pero igualmente me rebotaron los papeles. Y yo sé hacer de todo, eh? Manejo, sé de electricidad, de plomería. Para mí los italianos se agrandaron. Si estaban muertos de hambre igual que los gallegos. Si no fuera por nosotros después de la guerra que hacían ,eh? Se salvaron gracias al granero del mundo! Y ahora no me dejan entrar? Pero a los negros está bien que los dejen afuera. Yo por ejemplo, si me quieren tomar les sigo de largo. De cualquier manera, del taxi salgo de un momento a otro, porque mi cuñado está trabajando con un diputado, y está viendo si me consigue un puestito en el Congreso. Me quieren poner de secretario de no se qué, son un par de horitas y me pagan como día completo. Es que acá si no se tiene un padrino, no se puede progresar...

Dale que está en verde, pelotudo! o te querés quedar a vivir acá?

Eh? Que se quiere bajar? Si estamos a mitad de camino…Cómo? Que le molesta qué? Ya me parecía que eras medio delicadito. A vos te gusta que te den…O sos judío?
Má sí, bajate. Y andate bien a la puta que te parió! Si estuvieran los milicos, vos no te salvabas ¡boludo!

No, si es como digo yo. Acá tenemos de todo. Lo único que nos falta es respeto…

jueves, 4 de septiembre de 2008

Vendedor ambulante

Música para esta entrada: Sitar dream y sitar jam
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Vende talismanes.
Anillos mágicos, collares para el amor, pirámides, tréboles, herraduras, brujitas, indalos, delfines, tentáculos, ojos turcos, piedras, semillas y dragones para la buena suerte.
Tiene todos los talismanes del mundo.

También vende amuletos contra enfermedades, mal de ojo, hechizos, envidias y conjuros.
¿Qué pide a cambio?
No es dinero, y depende del comprador.
El te dirá lo que debes darle.
No será lo más preciado por ti.
Tal vez sea algo que no necesitas.
Pero ¡cuidado!
No te lo devolverá jamás.
¿Qué vas a llevar?

martes, 2 de septiembre de 2008

Noticia de una muerte

Cuando entró al cuarto, llevaba diez minutos muerto. El médico de la familia, conocedor de la larga enfermedad, llegó y firmó rápidamente el certificado de defunción, pensando más en el fin de semana que empezaba con un sol radiante, que en deudos y demás elementos del folclore que adornan a la muerte.
A partir de ese momento, él se iría a quedar solo en esa casa compartida por los dos desde que ella los dejó hace tantos, pero tantos años, que ni su rostro recordaba.
Empezó por la mesa de luz. Primero delicadamente, como si todavía la presencia del muerto desaprobara un eventual desorden. Luego apuró el ritmo y empezó a revolver frenéticamente cajones, cajoneras, roperos, placards, cómodas, modulares, escritorios, libros, cuadros, el horno de la cocina, el congelador, huecos, falsos fondos; cavó en la tierra del patio, rompió jarrones, revisó adentro del televisor, de la radio, del rollo de la persiana…y nada.
Nada de nada de nada de nada.
Nada, absolutamente nada.
Arrimó una silla al lecho. Lo miró. Se sonrió. Pensó en putearlo, en preguntarle por qué. Pero los por qué iban a empezar desde el día en que nació. Y si nunca se lo había contado, ni él se lo había preguntado, ya era demasiado tarde.

Entonces marcó el número de su hermano, el que vivía lejos.
-Vení, que papá se murió.
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