viernes, 31 de diciembre de 2010

Actitud Cleopatra


Observando a cierta sujeta esta noche intuí una actitud Cleopatra. No me refiero a la gran urdidora de intrigas palaciegas sino a lo que por lo menos a mí me ronda en la cabeza cuando pienso en Cleo: una mujer recostada que come lánguida, sensualmente manjares increíbles. Con la mano izquierda los toma, mientras el brazo derecho se pierde al costado de la cabeza, como posando para un pintor inexistente.

Claro que Cleopatra es impensable sin un Marco Antonio dispuesto a pelearse con el mismísimo Augusto y toda Roma por ella, por sus encantos, por sus favores.

Les deseo a todos ustedes una actitud Cleopatra para el 2.011. Disfruten todo lo que les sea posible, después veremos qué hacer con las amenazantes legiones romanas. Si la figura les resulta demasiado placentera para los tiempos que nos toca vivir, es posible también una actitud Marco Antonio, llegando locamente hasta el final de las cosas por ella, y, si la fiesta termina mal, hasta el fondo de la propia espada también.

Que el mundo es difícil, la vida es corta, pero la imaginación y algunos goces, ilimitados.

Dejo algunas músicas pro 31 y….feliz 2.011!!!

lunes, 27 de diciembre de 2010

Un balance necesario

Termina el 2.010 y me encuentro balanceando entre lo bueno y lo malo, lo lindo y lo feo. Lo breve. Lo profundo. Lo fútil. Y noto que en este año me he elevado hasta tocar el cielo con las manos, pero también casi me he roto la crisma en los vaivenes de la vida. En cambio, en otros momentos el ascenso y el descenso fueron más cortos, previsibles y planificados.
Muchas veces sentí que me moví en círculos, sin avanzar, girando en falso y sin obtener ninguna recompensa. Otras me pareció que el suelo se me abría como si fuera una trampa de arenas movedizas que además no me dejaban ver el futuro, llenándome los ojos de lágrimas.
Conseguí ascender trabajosamente, escalón por escalón, para luego descender desde lo más alto, y al final de mi vertiginosa caída sólo pude beber agua porque otra cosa no tenía. En el final quise escaparme corriendo y me golpeé durísimo, y un ave -símbolo de paz- se me acercó en procura de auxilio y me tranquilizó.


Todo esto me sucedió en 2.010 y este es mi balance. Tal vez el año próximo no debiera prepararlo en una plaza, porque a pesar de ser un señor grande, me siguen gustando tanto pero tanto los juegos infantiles, que me roban todas las metáforas.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Yo te ordeno

Ordeno que dejes que clave mis ojos en los tuyos. Pupila con pupila. Ordeno que te relajes. Y ahora que te está dando sueño y estás bajo mi poder, he decidido que pararás de sufrir en estas navidades. Que te olvidarás de los problemas. Total, ellos también estarán distraídos pensando en sus propios ídem.
¡Relajate o te reviento! ¿hasta cuando pensás seguir así? Las lágrimas alguna vez se terminan, en cambio la risa no. Se puede morir uno de risa (tormento chino) pero nadie se muere llorando.
¡Si te querés morir te mato!


¡A tí te hablo, dama o caballero! te me emperifollas para esta hermosa navidad que se avecina, te preparas algo sabroso y pones regalitos en el árbol. A las doce brindas con quien tú deseas, quieres o extrañas. Porque también se puede brindar con quien no está. Estoy seguro, alguien te lo va a agradecer.


Y ahora, cuando dé un chasquido con mis dedos, olvidarás todo esto que te dije. Ya se introdujo en tu inconciente y el viernes resultará, inevitablemente. Claro que no podrás agradecérmelo porque lo habrás olvidado. Descuida. Quizás simplemente estoy cumpliendo el brillante designio de un astuto hipnotizador que hizo que bebiera de su propia medicina. Mi destino es el olvido, no la gloria. Pero yo no me olvido. ¡El veinticuatro estaré alzando mi copa por tí!
(Feliz Navidad)

jueves, 16 de diciembre de 2010

Mis problemas con las camisetas

El día que cumplí cinco años, alguien me regaló un equipo completo de Estudiantes de la Plata, club de moda en aquel entonces por haber ganado cosas importantes (ahora también) Se trataba de la camiseta, el pantaloncito, las medias y, por supuesto, la pelota con gajos rojos y blancos. Recuerdo que tenía pegada la camiseta de mañana, de tarde y de noche. No me la quitaba nunca hasta que mi madre, harta del asunto, me obligaba a cambiar de indumentaria. Los meses pasaron y la camiseta empezó a quedarme pequeña y los colores, a desteñirse. Las bandas rojas se fueron aclarando y las blancas, enrojeciendo. Como ya me estaba dando dificultades para ponérmela mi madre le hizo un corte con la tijera en la zona del cuello y así pude seguir un poco más, hasta que finalmente no hubo caso. Ya no me entraba y parecía de un club desconocido, por los colores indefinidos. Recuerdo que ya no podía inspirar por la presión de la tela, y el corte del cuello empezó a descender hasta transformar la camiseta en chaleco.

Hace unos días mi hija me regaló una camiseta. No es de un club de fútbol pero se parece a alguno de España, de esas blancas con las tiras negras. El enamoramiento fue instantáneo y allí empecé a repetir la historia, cuarenta años después. Claro que como ahora soy un poco más grande en seguida me ví en la necesidad de lavarla, lo cual hice a mano para evitar todo tipo de estrujamiento, manchado con otras prendas o cosas por el estilo. La puse en una percha y la llevé al balcón, para que el sol de primavera realzara el blanco inmaculado, y me fui. El día fue largo y la noche, tormentosa. Hubo truenos, rayos, viento y agua, un temporal hecho y derecho. Me olvidé de la camiseta y de que tal vez no la sujeté demasiado bien…
Llegué de madrugada y ella no estaba. Creí que me moría. Automáticamente miré hacia la calle (vivo en un piso alto) y por supuesto no había nada. Se me dio por buscar en la terraza del edificio de al lado y vi un bulto retorcido y blanco. Era ella. Bajé como un rayo. El problema fue que eran las siete de la mañana de un día feriado y el encargado no aparecía. Tampoco nadie que entrara o saliera. Estuve dos horas haciendo guardia, y nada. En eso apareció el encargado de mi edificio y me advirtió que en el otro no había portero, apenas una señora mayor que iba dos veces por semana y que además estaba enferma.
No me importó. Ya eran las diez y había intentado dormir un rato, sin resultados. Cada cinco minutos me asomaba al balcón para ver si estaba. Sabía que el primero que la viera al subir a la azotea se la llevaría sin miramientos. Bajé resuelto a despertar a todos los moradores. Era feriado pero ya era una hora más razonable. El edificio tiene veinte departamentos y toque todos y cada uno de sus timbres. Sólo contestaron dos vecinos. Una chica con voz de dormida que esperó que yo terminara mi numerito, y cuando le pedí que subiera a buscarla lacónicamente me contestó “no puedo”, y me cortó el portero eléctrico. El otro señor me dijo que casi ningún vecino tenía llaves de la terraza y también me cortó. Pasaron varias horas y la portera no aparecía. Tampoco nadie que entrara o saliera, porque me quedé allí hasta el mediodía. Empecé a sospechar si no sería un edificio fantasma o gobernado por alguna secta. Mi encargado empezó a intentar el recupero por su lado, la señora que me ayuda en la limpieza también, y nada. Era como si allí no viviera nadie. La angustia seguía y todo empeoró cuando volvió a llover. Me imaginaba que el deterioro era inminente, como el de Gregorio Samsa debajo de su cama. Pensaba que la camiseta se despedía de mí como Di Caprio cuando se hunde con el Titanic.
Esto fue un miércoles. Ya era sábado y casi había desistido. Estaba hablando por teléfono, recién me había despertado y me pareció oír un murmullo. O tal vez fue un pálpito, pero me fui hacia el balcón y abrí la ventana con algo de furia. En la azotea habían unos operarios de televisión por cable y un vecino. Pero la camiseta ya no estaba. Comencé a gritarles pero no sabían de donde venía mi voz, porque me encontraba arriba y al costado de ellos: ¡Muchachos! ¡Muchachos! ¡Acá arriba! Les gritaba. Por un momento habrán pensado que era Dios quien les hablaba, pero no. Era yo desde el balcón.
Les pregunté por la camiseta y me dijeron que sí, que la habían encontrado. No podía esperar a que llegara el ascensor. Y casi me meto al edificio de al lado al ver la puerta de calle abierta. Minutos después llegó el vecino con mi camiseta, un poco sucia pero sin roturas. La llevé de inmediato a la tintorería y ahora la tengo puesta, por supuesto, mientras escribo estas letras.






Dedicado a Angel, del café de la Farmacia, que estuvo atento al desarrollo de la historia de la camiseta

sábado, 11 de diciembre de 2010

Necesito Viagra

Estoy inapetente. No doy nada, no recibo nada. ¿Qué me pasará? No lo sé, pero sí sé que es la primera vez que me sucede, o al menos no recuerdo otra vez. No tengo ganas de nada, pero de nada nada que tenga que ver con las letras. Cero poesía, cero relato, cero libros, cero blogs amigos. Necesito un Viagra literario. Y es urgente. Sólo escucharé a productores, creadores o a simuladores de literatura. Intermediaros abstenerse.

“Siéntate en el umbral de tu puerta y verás pasar el cadáver de tu enemigo”

Científicos de la Universidad de Massachusetts (Arizona) han llegado a la conclusión de que este aserto se materializa en el 0,0023 % de las veces en que es puesto en acción. En efecto, de arranque nomás hay que restarle el 50% de posibilidades, ya que si los dos enemigos intentan aplicarlo, uno de ellos indefectiblemente fracasará. Al 50 % ganador hay que restarle la gente que no vive en casas y que si se sientan en el umbral de su puerta sólo verán a la vieja del 6º “A” que es insoportable pero no alcanza para ser enemiga y que además, cuando se muera, nadie se enterará porque vive sola. Ya nos está quedando algo así como un 20%, de los cuales el 95% ni siquiera sabe qué es tener un enemigo, porque en estos tiempos de anomia no tener enemigos parece ser una virtud zen, cuando cualquier persona de otros tiempos siempre supo que el número de enemigos es directamente proporcional a la huella que intentamos dejar: los líquenes no tienen enemigos, por ejemplo, y así les va.
En síntesis, cuando algún fulano (con aire pretendidamente oriental) le suelte esta frase al verlo a Ud. enojado con su compañero de oficina que le roba el liquid paper, siéntelo de un cortito al mentón y dígale “ahora esperame sentado vos, jetón”
No sé si servirá de algo, pero que descarga tensiones, descarga.

Alguien que me lo explique

¿Por qué las mujeres que llevan paraguas los días de lluvia insisten en ir bien pegadas contra la pared, y cuando uno -que viene de frente y por supuesto sin paraguas- intenta guarecerse contra el mísero techito de la vieja casa y se interpone en su camino lo miran enojadas por su falta de caballerosidad, ellas que viene secas y espléndidas? ¿eh?

sábado, 4 de diciembre de 2010

Sábado de gloria

¿Hay algún momento más lindo que el sábado al mediodía? ¡Para mi que no! Los negocios esperan a los clientes con alegría. Nadie parece estar triste y si el día acompaña nos podemos tomar un cafecito en la vereda del sol.
La noche de sábado promete sueños que tal vez no se cumplan, pero mientras la esperamos podemos sentirnos jóvenes, optimistas, casi casi inmortales.

Total mañana será otro día -más precisamente domingo de ceniza- y ya tendremos tiempo de sabernos breves, pequeños, grises.
¡Aprovechá el sábado! ¡Usá esa sonrisa abollada que tenés en el bolsillo! Que si te la ponés seguro que llama a la hermana risa y, si tenés suerte, la vida te de un beso. Y sabemos como son los besos de sábado. No son besos de madre, no son como el beso de Judas. Ni siquiera un besamanos. Son besos diferentes.
¡Porque hoy es sábado!

martes, 30 de noviembre de 2010

Dos locos de Buenos Aires

Ni bien me instalé en mi nueva calle los descubrí. Hay quien detecta rápidamente los supermercados o los deliverys o los cajeros automáticos o las ferreterías. Yo descubro a los locos de cada barrio.
El de la derecha vive reparando el motor de su auto: anciano, barbudo, pelo largo pero limpio. Noté que siempre le habla a alguien que está en el interior de su casa. En seguida me di cuenta de que adentro no había nadie. Sólo lo acompañan media docena de gatos, pero…¡atención! Que el hombre es extremadamente limpio y no permite que se instale el clásico olor a orina de los michifuces. Incluso les fabricó una casa de madera que está frente a la suya y que siempre, pero siempre, está inmaculadamente limpia. Con mi hija lo observamos desde el balcón y ella decidió que había que ponerle una multa por hablar en tono alto. Estuve de acuerdo y le dije que la preparara. La escribió en un pequeño rectángulo de papel y solemnemente descendimos y la colocamos en el limpiaparabrisas de su vehículo, ese que está en eterna en reparación.

El loco de la izquierda es menos loco. Es más, no sé si en verdad está loco. Pero es que instaló un lava autos en el medio de la cuadra. Tiene unos cincuenta baldes llenos de agua y, cuando alguien quiere dejar su vehículo impecable, confía en él. El problema es que cuando paso y no hay nadie me parece que murmura cosas para sí. Y además está allí unas dieciocho horas al día. Si todavía no se chifló lo hará próximamente. Estos son los dos locos de una calle del barrio de Palermo, el de la derecha y el de la izquierda.
En realidad, quizás no sean los únicos locos de esa calle.
Tal vez haya un tercer loco que los observa detenidamente y escribe acerca de ellos. Y les escribe porque le caen muy bien. Le resultan humanos, muy humanos, y más cuerdos que la mayoría.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Ramos

Hay un error en pensar
Que las flores
Sólo son para las mujeres
Toda una vida regalándolas
para entender
Que lo que yo quiero en realidad
Es que una mujer
alguna vez
me las regale a mí



domingo, 21 de noviembre de 2010

Esperando a Godot

Sábado de luna llena y el viejo lobo sale de su guarida. Buscando algo parecido a un hogar se sienta en el rincón del último bodegón de Buenos Aires. Las mesas desbordan, bulliciosas. Pide comida y un vaso de vino, mientras lee “Esperando a Godot”, intentando ser ajeno a la dolorosa alegría de los otros.
Se le acerca un tipo con una valija. Tiene pinta de ser Dios o el Diablo, y encuentra risueña semejante ocurrencia. El que sea de los dos le deja la valija en pago por “los servicios prestados” La mira de soslayo. Está repleta de dinero. Termina la pobre cena y se vuelve a su no hogar, valija en mano. Pero no la abre, siente que el contenido no podrá cambiar las cosas que le importan de su vida. Espera un poco más a Godot y decide ir a tomar la última copa a “Mundo bizarro” dejando la valija intacta. Ya tendrá tiempo para revisarla.
Se ubica en la punta de la barra y la ve. No está seguro de conocerla pero se ponen a conversar como si fuera la primera vez. Empieza a sentir su cuerpo nuevamente. Una hora después están en la casa de ella, amándose. Luego se marcha sin hacer ruido, ella ya está dormida.
Regresa a la guarida y sobre la mesa, la valija. Ahora sí la abre, pero ya no están los billetes. No le importa. Se sirve un whisky y se va a esperar otro poco a Godot. Seguramente no vendrá, no la misma noche de luna llena en que vio a Dios o al Diablo, tuvo entre sus manos una valija llena de dinero y luego, a un ángel que se quedó dormido.



Samuel Beckett y yo tenemos algo en común: ambos escribimos "Esperando a Godot"

sábado, 20 de noviembre de 2010

¿Cómo le gustan los huevos?


Leyendo un poco de cada cosa encontré un par de anécdotas ovoides que quisiera compartir con ustedes:

“El largo intervalo entre el enigma y su respuesta puede traer a le memoria del lector una vieja historia de Joe Miller, en la que un viajero, aparentemente persona inquisitiva, al cruzar por una barrera de peaje dijo al cuidador: “A usted, ¿cómo le gustan que le preparen los huevos?” Sin esperar respuesta, se alejó cabalgando; pero veinticinco años después, al pasar a caballo por el mismo sitio, que era vigilado por el mismo individuo, el viajero miró a éste con fijeza y recibió como respuesta: “Escalfados” (Thomas de Quincey, “La esfinge tebana”)

“Sirven un plato de huevos y la dueña de casa pregunta a Marcelo T. de Alvear:
- ¿Les pone sal?
- No, señora
- ¿Les pone pimienta?
- No, señora
- ¿Les pone mostaza?

- No, señora
- Pero, ¿qué les pone a los huevos?
- Talco, señora, talco"

(Recogido por Adolfo Bioy Casares en “De jardines ajenos”)

Tal vez quieran saber cómo me gustan los huevos. Yo diría que ilesos. Es que si no los comemos, veremos que adentro de cada gran huevo siempre se encuentra un gran pollito, con toda una vida por delante y que tal vez podría ser un genio si no fuera porque insistimos en incorporárnoslo. Ahora, si están pensando que soy un rompe ilusiones y que debo poner mis pensamientos sobre la mesa de una vez, contestaría que fritos, duros o pasados por agua, me gustan por igual. ¿Y a Ud?.

domingo, 14 de noviembre de 2010

El Resucitado

Que es más fácil nacer que resucitar nadie puede discutirlo. Sobre todo si consideramos que muchísima gente no cree en la resurrección. Aunque crean en la reencarnación, les resulta difícil de aceptar que alguien vuelva a la vida en su mismo cuerpo. Yo conozco a uno que resucitó. Y no se trata de Lázaro, precisamente. Mi amigo, el resucitado, me dice que es muy extraño. Porque se da cuenta de que es el mismo tipo al que todos conocen. Pero a la vez es otro. A veces se siente como una especie de Mr. Hyde, otras un Frankenstein tan sensible como el de Mary Shelley. Y tan brutal también, pero sin instintos homicidas. Me dice mi amigo que resucitó que en general nadie advierte que estuvo muerto. Y mucho menos que volvió. O mejor dicho, que está volviendo. Hay gente que ni siquiera se dio cuenta que está algo demacrado y flaco, metida como está en sus problemas. Que es verdad eso que dicen de que nos morimos solos. En cambio resucitamos por alguien, o cerca de alguien.
Mi amigo se siente muy extraño. Se pone los zapatos y la ropa de antes, pero hay dolores desconocidos que lo hicieron distinto. Porque morirse, duele. Y resucitar también.
Está un poco asustado porque lo que le sucedió no ocurre todos los días. Digo, uno se baña, se viste, se desayuna y se va derechito al trabajo. Pero una vida rutinaria no admite muertes seguidas de resurrecciones. Al menos no muy a menudo que digamos.
Volviendo a sus zapatos y, tratando de ponerse en ellos para entender lo que le pasa, me cuenta mi amigo que excepto atarse los cordones, lo demás lo está aprendiendo de nuevo. Todo. En eso la resurrección se parece un poco al nacimiento, sólo que se aprende todo junto, mezclado y con parte de la información que ya se tenía. Lo otro que me dice es que ve las cosas diferentes. Los cortos de vista lo entenderán bien. Ahora ve algunas cosas con lente de aumento y otras sin las gafas puestas. Antes lo veía todo bien, pero igual. Sin matices. Antes pensaba en lo que sucedió ayer y lo que pasará mañana. Ahora también, pero además le concede un lugar mayor al presente. Sabe que, en caso de morirse de nuevo, va a ser difícil resucitar otra vez. Porque no es un gato, debe tener más cuidado. Eso le estoy diciendo a mi amigo ahora mismo, mientras me afeito y lo miro de frente, cara a cara, sin posibilidad de que se me escape con alguno de sus viejos chistes malos de siempre, que insiste en contarme aún después de resucitado.



lunes, 8 de noviembre de 2010

Diccionario del Diablo apócrifo: Mundo Blog


Estimados lectores, en La Menor Idea seguimos recibiendo correspondencia enviada desde el otro lado de la Cortina de Hierro. Una vez más Wolfang Peter Müller nos escribe desde la República Oriental de Alemania; Kazimiers Lato, desde Polonia; Franz Ganz, desde Checoslovaquia y Dimitri Raskolnijcovsky desde la Unión Soviética, entre otros, y todos con la misma súplica:

Marcelo, Ud. que sabe tanto de tantas cosas, seguirá sin escapársele que la caída del comunismo es inminente. Tampoco pasará por alto que de este lado del mundo tenemos muy poca información sobre internet y especialmente acerca de los blogs, y tenemos unas ganas de comunicarnos que nos prendemos fuego. Pero para no pasar vergüenza frente a la apertura informativa que se viene, le rogamos que nos cuente como insertarnos en ese medio, que nos resulta desconocido y hostil.

Luego de pensarlo mucho (exactamente 28 segundos) hemos decidido reeditar el Diccionario del Diablo Apócrifo: Mundo blog. Por un lado para responder al angustioso llamado de nuestros queridos amigos del planeta comunista, que llega débil pero resuelto, cual comunicación de Yonni Barrios desde el fondo de la mina chilena cuando le dijeron que había unas señoras preguntando por él en la superficie.

Por otra parte, y no es un tema menor, no tenemos computadora desde hace unos días y por ello no sólo que no podemos producir nuevos contenidos, sino tampoco visitar vuestros maravillosos y únicos blogs. En cuanto tengamos el ordenador en condiciones, los visitaremos nuevamente porque es como si no tuviéramos oxígeno. Y si no nos creen, solamente tienen que leer lo que a continuación decimos...


Y no lo olviden: ¡La vida es bella!


BLOGUERO: Loco/a. Sujeto extravagante e incomprendido por sus parientes y amigos (salvo que también sean blogueros) que prefiere entablar relación con Kഅxc, residente de la provincia de ёіўыэ del país de Стефанови, en lugar de ser amigo del vecino de enfrente. Además sabe que Kഅxc tiene dos hijos, llamados ਪਫਬ y د ذ ر y también el nombre de su cónyuge, Iii y las fechas de los cumpleaños de todos. El bloguero alienta a Kഅxc con su literatura y lo lee permanentemente, aunque considere que es desastrosa y sin solución. Pero lo hace porque le tiene cariño. Asimismo quiere asegurarse que Kഅxc lo lea a él, quien piensa exactamente lo mismo de sus poesías y cuentos pero en lugar de decírselo, prefiere referirle que es “atrapante”, aunque en su idioma suena más o menos como “ტუ-ფქ”

BLOG: el diario de un loco. No necesita ser autorreferencial. Aunque le guste hablar de la bolsa de Londres, es el diario de un loco.

BLOGGER: Gran Hermano. Sabe todo de los blogueros, y los blogueros no saben nada de él. Cuando no funciona, hay gente que prefiere suicidarse.
.
COMENTARIO DE BLOG: el combustible que da energía a la locura ajena, con fines espurios: obtener que el comentado retribuya la visita del comentarista.

COMENTARIO ELOGIOSO: tautología

LECTOR DE BLOG: masoquista.

COMENTARISTA: masoquista que además es faquir. Persona que lee con un solo ojo sin ser tuerto, y se maneja intuitivamente con los títulos de las entradas. Cobrador que pretende con su comentario ser recompensado con una visita a su blog. En 1.774, según el Dr. Johnson, citado por el Dr. Hermann Burmeister, hubo un comentarista de blog que no pretendió ser retribuído con una visita. Pero la fuente, atendiendo a la fecha en que supuestamente existió el bloguero, no parece ser muy fidedigna.

CONCURSO 20 BLOGS: Circo romano dirigido por unos prestidigitadores que cambian las reglas permanentemente, quienes sin leer un solo blog e invirtiendo una suma de dinero exigua, consiguen mantener en vilo a toda la blogosfera. Sacerdotes de una religión que aún no tiene un Cristo, ni un Judas ni Doce Apóstoles, pero que seguramente los tendrá en próximas ediciones.

CRITICO DEL CONCURSO 20 BLOGS: inscripto al concurso que obtuvo dos votos.

LECTOR DE BLOGS QUE NO TIENE BLOG PROPIO: San Francisco de Asís. Lo espera el paraíso aunque sea ateo.

POST: arma de fuego letal. Generalmente hace centro en cualquier parte del cuerpo del lector y lo somete a una agonía espantosa, particularmente si es extenso. De vez en cuando, sólo de vez en cuando, hay uno que impacta en el corazón o en la mente del lector, casi como por error.

ANUNCIO DE LA ULTIMA ENTRADA DE UN BLOG: promesa lamentablemente incumplida en el 99% de los casos. Según el Dr. Johnson, otra vez citado por el Dr. Hermann Burmeister, en 1.788 hubo un bloguero que dijo que esa sería su última entrada y cumplió. Pero sólo porque instantes después lo atropelló un BMW a 200 km por hora. La verosimilitud de la especie también es discutible.


REUNION DE BLOGUEROS: manicomio sin internación, sin chalecos de fuerza y sin médicos.


¡Los esperamos prontito!

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Efemérides de 1.964

El año 1.964 ha sido pródigo en episodios que deslumbraron a la humanidad. La Menor Idea prepara para ti, querido lector, una breve reseña de los mismos:

Un tres de noviembre como hoy, pero de 1.964, el Coronel del ejército norteamericano James Patton VIII está preparando una barbacoa en el fondo de su casa en Connecticut. Se detiene un momento, abre la décima lata de cerveza del día y le pregunta a su esposa, que está decorando la mesa para sus invitados:

- ¿Che Molly, y si en lugar de invadir otra vez la Bahía de los Cochinos porque Fidel nos cortó el agua en Guantánamo intentamos viajar a la luna?

El presidente de Estados Unidos es Lyndon Johnson y ese día gana las elecciones presidenciales.

También en 1.964, pero en Moscú, Nikita Kuschev es destituido de todos sus cargos en el gobierno y el Partido Comunista Soviético, acusado de culto a la personalidad y errores políticos. Suerte para Nikita, porque si lo agarraba Stalin, en lugar de destituirlo lo purgaba con 50 años en Siberia.

The Beatles ocupan el primer lugar de la lista de éxitos en EE.UU. con I Want to Hold Your Hand.

Se anuncia oficialmente el compromiso matrimonial entre el príncipe español Carlos Hugo de Borbón Parma y la princesa holandesa Irene de Orange-Nassau.

Nace Carmen Rosario Papandreu, el primer falso hermafrodita filipino. A partir de ese día en Filipinas aparecerá un falso hermafrodita cada cuatro años, igualito a los mundiales de fútbol (el plazo, no el falso hermafrodita)

Por estos pagos debuta el Gato Marín como arquero de Vélez Sársfield, y Borges escribe su poesía "1.964".

Pero por sobre todas las cosas -y es lo que justifica este opúsculo- exactamente el 3 de noviembre de 1.964 a las 3 de la tarde, nace en Sarandí del Yi, Departamento de Durazno, Uruguay, el dramaturgo Wáshington Alzamendi, más conocido por su increíble parecido con Enzo Francescoli, oriental como él, que por su breve obra teatral "Esperando al Robot", de discreto éxito al ser estrenada en el teatro Politeama de Canelones.

¡Feliz cumpleaños, Wáshington! Es el deseo de todos los integrantes del maravilloso grupo humano que conforma la familia de empleados y directivos de los turnos mañana, tarde y noche que rigen los destinos creativos, económicos y espirituales del fantástico y nunca terminado de explorar mundo de La Menor Idea.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Noche 1: el parecido

Siempre me pasa. Un desconocido se acerca y me dice que me parezco a un amigo suyo. Incluso cree que soy su amigo. Voy a una reunión y un invitado me comenta convencido y risueño que soy igualito a un actor, a un futbolista o a un cantante, sea éste lindo, feo, o ni fu ni fa.
Una vez acompañé a mi padre a la fiesta anual de egresados de su escuela secundaria. Van ex alumnos de todas las edades. El patio principal del colegio estaba repleto y, al frente, las promociones que recibían diplomas (veinticino y cincuenta años de egresados); mi padre y sus compañeros que iban a colocar una placa por ser la primera promoción de la escuela. Mientras el locutor iba anunciando las entregas, detrás de él, dos ex alumnas de los egresados que cumplían su veinticinco aniversario hablaban entre sí y me miraban. Una decía que no, y la otra decía que sí. Yo estaba confundido entre la marea de público y las ex alumnas insistían hablándose al oído y mirándome. No necesité más para saber qué ocurría. Podía apostar mi vida a que creían que yo era un compañero de ellas, y no podían entender por qué estaba entre el público y no arriba del escenario. Empezaron a hacerme señas y yo les decía que no era quien coño pensaran que fuera. No había caso. Hasta el locutor empezó a mirarme. El público. Las otras promociones. Incluso mi padre. No tuve más remedio que subir con la cédula de identidad en la mano y en el medio de la ceremonia decirle a las chicas que si querían me quedaba para que la foto no estuviera incompleta, pero que no era el viejo compañero que pensaban que era.
Este sábado fui a dar una vuelta por el barrio de Palermo, que está lleno de bares. Un señor desde la puerta de uno me sonrió y me saludó con la mano, como si fuéramos conocídisimos. Se mostró algo perplejo cuando, pese a devolverle el saludo, seguí de largo. Dos chicas empezaron a secretear entre ellas como las egresadas, en duda si yo era o no era. En definitiva, nunca sé bien a quien me parezco, pero es indudable que ahora me estoy pareciendo más a él.
La próxima vez haré lo que una vez contó mi amiga Merche Pallarés. Estaba en neoyorquino "Elaine's" y entre luces muy tenues le preguntó a un tipo si era Al Pacino. El sujeto le contestó:
-No, pero si quieres que lo sea, lo seré...

A continuación, una somera lista de sujetos a los que me encuentran un gran parecido. Para no extenderla mucho, elegí los casos en que al menos dos personas que no se conocen entre sí me encontraron igualito al tipo en cuestión...

Enzo Francéscoli (ex futbolista)
Sergio Dalma (cantante)
Cacho Castaña (cantautor, pai umbanda)
Juan José Camero (antes era actor, ahora no sé)
Alberto Tarantini (ex futbolista)

El parecido (parte II)



Fabio Posca (actor)


Washington Alzamendi (dramaturgo uruguayo)

Rodrigo Bueno (cantante)
Montgomery Clift (actor)

Participe ya! A quién se parece?

jueves, 28 de octubre de 2010

Restos de un Diccionario del Diablo apócrifo. Hoy: el hombre y el sexo (revisitado)


Estimados lectores, en La Menor Idea hemos recibido muchas cartas enviadas del otro lado de la Cortina de hierro: Wolfang Peter Müller nos escribe desde la República Oriental de Alemania; Kazimiers Lato, desde Polonia; Franz Ganz, desde Checoslovaquia y Dimitri Raskolnijcovsky desde la Unión Soviética, entre otras, y todas con la misma súplica:

Marcelo, Ud. que sabe tanto de tantas cosas, no se le escapará que la caída del comunismo es inminente. Tampoco pasará por alto que de este lado del mundo tenemos muy poca información sexual y unas ganas de liberarnos que nos prendemos fuego. Pero para no pasar vergüenza frente al destape que se viene, queremos cumplir con el viejo aformismo griego que dice "conócete a ti mismo" ¡Por favor! ¡háblenos del hombre y el sexo y seremos libres!

Si bien en La Menor Idea tenemos algunas dudas respecto de la fecha de esta correspondencia, no nos queda más remedio que reeditar nuestro opúsculo "El Hombre y el sexo" para poner al día a las masas que vuelven al justo, equitativo y compasivo sistema capitalista que tanto sacrificio nos costó conseguir.
¡Les deseo la mejor de las suertes camaradas! ¡y conózcansen!

Eyaculador precoz: tipo que come el postre cuando los demás van por el aperitivo

Eyaculador tardío: tipo que toma el aperitivo cuando los demás van por el postre

Multiorgásmica: asmática

Eyaculador precoz con problemas de erección: Ciego sordomudo

Viagra: cemento

Manos masculinas: como el apéndice, parte que el hombre no sabe bien para qué sirve (en el sexo) Cuando debe usarlas suavemente las usa con fuerza y viceversa, siempre en el lugar equivocado.

Sexo conyugal: oxímoron

Sexo oral: fellatio

Orgasmo femenino: ataque de epilepsia del cual el hombre lo ignora todo. No sabe cuando llega, por qué, qué hacer cuando aparece y qué hacer cuando se va. Al igual que con las manos, suele hacer lo inverso a lo que aconseja el sentido común.

Lengua: reemplazo natural del órgano sexual, de las manos, de la palabra.

Nunca: palabra que suele querer decir “a veces” o directamente “siempre”: nunca estuve con una prostituta, nunca tuve sexo con otro hombre, nunca fui infiel, nunca me sucedió esto que estás viendo.

Beso: trámite migratorio que todos quieren terminar rápidamente.

Tetas: la madre en la cama.

Homofóbico: heterosexual. Si se ve apremiado por el tema, el heterosexual asegurará que tiene un amigo gay. Y si sigue apremiado por el tema, dirá que tiene un amigo gay, negro y judío.

Mujer: extraterrestre que muta permanentemente y no permite acumular experiencia sobre ella. Lo que es bueno para la Sra. A, es malo para la Srta. B e indistinto para la joven C.

Tamaño: extraño mito por el cual los hombres discuten, y que tiene el mismo sentido que medir el tamaño de los revólveres en lugar de la puntería de los tiradores.

Homosexual: tipo que conoce todos los caminos a Roma.

Clítoris: Atlántida

Punto G: Neverland

Estimados Wolfang Peter, Kazimiers, Franz y Dimitri: ya saben el 50% de lo que deben saber para tener una vida sexual plena. Del otro 50%, en La Menor Idea no tenemos la menor idea.

martes, 26 de octubre de 2010

Sobrevivientes

Revolvió, su calor, con su voz
Con leche y azúcar se lo dio a beber
Bebe




Sobrevivientes
Me revolví sin abrigo
Sin paraguas sin piloto
Sin póliza de seguro
Sin testamento

Me revolví sin planes a futuro
Sin dinero en el banco
Ni debajo del colchón

Me revolví sin defensa
ni mediocampistas
Sin disimular las lágrimas

Me revolví
como si estuviera borracho
Frente a una taza de café

Me revolví caminando
caminando caminando
Y me encontré con un perro
que quería cruzar la avenida
asesina

Como no lo dejaban
esperó la luz roja
Pasó por detrás del auto parado
Y lo seguí

Me revolví y busqué un refugio
Un amigo
Una mujer
Pero no los encontré

Espero tener ganas mañana
De buscar un amigo
Un refugio
Una mujer

Y si ellos no aparecen
Tal vez siga al perro de nuevo
él tuerto, yo ciego
sobrevivientes

En el país de los ciegos.


jueves, 21 de octubre de 2010

Oculto

Escribo para el olvido
Y me aseguro de ese modo
que momentos felices
Se vayan por la alcantarilla del adiós


Escribo para que me olvides
Y así permanezco
Sin que lo notes
Oculto

En ti




lunes, 18 de octubre de 2010

Las metamorfosis

Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño muy tranquilo, observó con espanto que su padre, su madre y su hermana Greta se habían convertido en tres monstruosos insectos. Estaban tumbados en sus camas, sobre sus espaldas duras, en forma de caparazón y, si ellos levantaban un poco sus cabezas, conseguía ver sus vientres abombados, parduzcos, divididos por partes duras en forma de arco. Las múltiples patas del trío, ridículamente pequeñas en comparación con el resto de sus cuerpos, vibraban desamparadas ante los estupefactos ojos de Gregorio.


«¿Qué les ha ocurrido?», pensó.


Colocó unos mendrugos de pan embebidos en leche en tres cuencos; se los dejó a su padre insecto, a su madre insecto y a su hermana insecto; cerró con llave cada habitación y se marchó de la casa que tanto le gustaba. Es que no tenía tiempo que perder. El tren partiría a las cinco y su padre, bajo ninguna circunstancia, hubiera aceptado que faltase a su trabajo.



Variaciones sobre "La Metamorfosis" de Franz Kafka

viernes, 15 de octubre de 2010

Doce monos


Juntémonos
Riámonos
Perdámonos
Escondámonos
Descubrámonos
Juguémonos
¡Traigámonos algo de amor hoy!
Peleémonos
Escuchémonos
Amiguémonos después.
Olvidémonos
Y si tenemos ganas

Una vez más
Amémonos.

lunes, 11 de octubre de 2010

La filosofía de No Tsé, un pensador inigualable

En este fin de semana largo, propicio para un examen de conciencia, La Menor Idea presenta la segunda entrega de los trípticos de No Tsé, el legendario pensador chino, fundador de la milenaria doctrina del notseísmo. Según una revolucionaria investigación llevada adelante por Xin ShaoDeng, cajero del autoservicio “Argenchino” de la bonaerense avenida Gaona -y que algunos ubican en el barrio de Ramos Mejía, otros en el de Ciudadela, e incluso los más arriesgados en el populoso barrio de Las Antenas- el notseísmo data del 4.708, año del Tigre de metal, más precisamente en el don tsing de dicho período (1), y lo iremos revelando en tandas de a tres, conforme las precisas instrucciones del Maestro.

Como todos vivimos con perpetua prisa, sin más ambages pasamos a la segunda entrega de una filosofía que puede cambiar tu vida, querido lector, con sólo abrir tu mente, o bien la parte del cuerpo que prefieras. Lo importante en este caso es la apertura.

No Tsé y el suicidio
“Bien lo dijo una tía de Bioy Casares: suicidarse es como presentarse en una fiesta a la que no has sido invitado. ¡No te suicides jamás! Si tienes esos pensamientos oscuros, rápidamente haz este ejercicio: olvida tu lado negativo, enfócate en lo bueno que tienes; ubica cinco aspectos positivos de tu persona y por los que no estás debidamente agradecido. Por ejemplo, dones corporales, tu familia, la posibilidad que tienes de alimentarte bien, el gusto por la naturaleza o el arte. Una vez que reuniste los primeros cinco, ve por cinco más, y así sucesivamente hasta llegar a los “Cien bienes personales de No Tsé” (2) Puedo asegurarte que todos tenemos esos “Cien bienes personales de No Tsé” y comparados con ellos, tu costado negativo es ínfimo y transitorio. Celebra estos hallazgos, revalorízalos. Ahora bien, si no consigues avanzar en los cinco primeros bienes y de veras no encuentras alegría en tu vida, déjate de lloriquear y practica el seppuku, ritual japonés más conocido como haraquiri. Previo a ello deberás beber sake y luego sí, sé hombre (o mujer) y hazte el irreversible tajo a la altura de tu vientre. Si bien al principio la vista de tus intestinos impresionará hondamente a tu familia, más tarde te lo agradecerá, porque tu melancolía había conseguido fastidiarlos enormemente. No olvides tampoco dejar tus papeles medianamente ordenados. Lo ritual no quita lo cortés y cuanto más orden pongas, menos abogados comerán de ti, de tus vísceras y de tus posesiones”

No Tsé y las religiones
“No es importante creer en Dioses con nombres y apellidos, con nombres o con apellidos. Tampoco es importante que concurras regularmente al templo, o que aportes para la manutención de tu iglesia. Tampoco es capital que ores o te comportes bien para lograr así la salvación eterna. En realidad, lo verdaderamente importante –debes saberlo cuanto antes- es que Dios no existe y que después de muerto polvo serás, ¡idiota! (3)”

No Tsé y las grullas
“Para alcanzar un máximo de bienestar personal es muy importante observar e imitar los movimientos, sonidos y sistema de reproducción de las grullas. Es el animal más inteligente de la naturaleza y por eso es fundamental en mi filosofía. Son aves de lugares abiertos. Se desplazan dando zancadas con sus largas patas y recogen semillas e insectos con sus largos picos. Viven en bandadas y muchas de ellas recorren largas distancias para criar. Se emparejan de por vida y tienen un espectacular exhibición de cortejo. Los machos y las hembras se pavonean, se inclinan y saltan bastante alto. Las grullas tienen una tráquea muy larga y emiten agudos sonidos como de trompeta, que pueden escucharse a dos kilómetros de distancia. La grulla común estuvo muy extendida, pero su número ha descendido mucho debido a que necesita vivir en un hábitat tranquilo. Otra grulla, que es abundante y muy común en zoológicos por su vistosidad y sociabilidad es la grulla damisela (antropides virgo) (4)

¿Estás triste? Imita a las grullas. ¿No tienes deseo sexual? Pavonéate, inclínate y salta bastante alto. ¿Quieres pareja? Corteja, emparéjate de por vida. Como las grullas. (5)”

CONCLUSION: Como notarás, querido lector, ningún asunto le es ajeno al pensador chino. Me preguntarás si en verdad creo en la existencia de No Tsé. Te respondo “ipso facto”: No sé. Pero que sus enseñanzas existen, existen. Y yo las sigo.

(1) Nota del especialista: sería algo así como agosto de 2.010
(2) Nota del especialista: Los “Cien bienes personales de No Tsé” están registrados en la Oficina de Derechos de Autor de Pudong, y puedes solicitarlo por e mail.
A vuelta de correo recibirás el libro, el DVD y el cancionero de No Tsé, todo por U$S1.000.-
(3) Salvo que adquieras por e mail los “Cien bienes personales de No Tsé” (c) En ese caso tendrás vida eterna, y lo que es mejor, con tus facultades sexuales intactas. Incluso, mejoradas.
(4) párrafo robado íntegramente de Wikipedia, cuyo administrador –como todos sabemos- adhiere a la doctrina del notseísmo. Para nuestro gusto, en la especie abusa del calificativo “larga”
(5) para soportar el emparejamiento de por vida, No Tsé recomienda creer en la reencarnación. Con ese placebo es más digerible asumir decisiones no del todo felices tomadas en la única vida que tenemos.



sábado, 9 de octubre de 2010

La sirena

Estoy en casa haciendo cualquier cosa, y empieza destacarse el rugido de una sirena. Primero irrumpe apagadamente pero, segundos después, es atronadora. Ninguna duda tengo, no es una ambulancia ni la policía. Son los bomberos, y pienso si no se tratará de un incendio en mi edificio y que el único que no lo sabe soy yo. Me doy cuenta que es inverosímil y empiezo a seguir, preocupadamente, el movimiento del sonido. ¿Será en algún predio vecino? No. La sirena comienza alejarse, el escándalo se atenúa. Debe ir a otro barrio, concluyo, y vuelvo a mis cosas aliviado y contento. El problema es de otro que vive lejos. Entonces no es problema.

jueves, 7 de octubre de 2010

Mis problemas con El Principito

Es delicado meterse con una historia tan bella porque se hieren sensibilidades extremadamente sensibles. Señores, Señoras, odio El Principito . No hay confusión, me refiero a la hermosa historia de Saint Exupéry. ¿Y cómo odiar algo bello? Bueno, Bette Davis era bella y muchos la odiaban, ¿no?
Tengo mis motivos. El otro día hablando con un amigo salió el tema de mi aversión a El Principito, pero no las razones. Es cierto que cuando me traen una cita “principesca” me gustaría tener un Winchester a mano, aunque la referencia no sólo sea adecuada sino también eficaz.
Me resulta increíble no haberme percatado antes de mis traumáticas razones para detestarlo, y quisiera exorcizarlas con ustedes. Tal vez, luego de eso, lo ame.

En los años setenta yo leía historietas y luego comencé con los libros. Mi tía Nena (en realidad, Elmida, en realidad, tía de mi padre) me regalaba unos libros fabulosos: recuerdo Sandokán, La Isla del Tesoro, Ivanhoe, algunos de Verne y Robinson Crusoe. Era culta la tía Nena (alguna vez hablaré de ella, maestra jubilada y soltera que siempre esperaba un candidato mejor que el que se le presentaba, era bellísima además) Me elegía bien los libros. ¡Me encantaban sus libros de aventuras!
Un día vino con El Principito y me imaginé una historia al estilo Robin Hood. Y me encontré con un niño tristón en un miniplaneta. Me daba claustrofobia que viviera en un lugar tan chiquito y oscuro, que no era una casa sino… ¡todo un planeta! Me mareaba verlo boca abajo allí en su planeta desolado. Ganas de llorar. No mejoraba con la serpiente ni con el elefante. Tampoco con la rosa. No me interesaban las alegorías, yo quería acción. La desilusión fue tremenda. Me imagino que la de Tía Nena también. Nunca lo terminé y siempre sentí que era uno de esos libros que hay que leer. Lo olvidé. Lo perdí.

En los años ochenta estaba noviando con una chica que no vivía en Buenos Aires. Una maravilla. Pero hubo un detalle trágico. Se vino para aquí. Y así nos conocimos mejor. Un día la cito para hablar con ella. Le explico que no podíamos seguir. Se puso a llorar, me dijo que el final la tomaba de sorpresa, que por qué y que cómo era posible. Que me había traído un regalo, que quería dármelo de todos modos. Me negué todo lo que pude. Finalmente lo acepté. Estaba empaquetado, pero era fácil advertir que se trataba de un libro. Mientras seguía llorando esperaba ilusionada. Lo abrí. ¿Hace falta que les diga qué libro era? Yo creo que el niño con cara de ángel se reía de mí en la portada. Culposamente lo agradecí, pagué los dos cafés y nos fuimos, ella por un lado, El Principito, mi culpa y yo por el otro.
A veces buscando otra cosa me lo tropiezo en la biblioteca. Me sigue mirando desde la portada, arriba de su miniplaneta y con el moñito rojo puesto. Y mi inquina permanece. No es su culpa. No es culpa de ustedes, que seguramente lo aman y de vez en cuando me envían una cita a modo de comentario. Quizás ahora que largué el rollo lo quiera un poco. Pero por favor, no me lo citen. Porque además sospecho que casi nadie lo lee y van directo a los “grandes momentos” que otro ha seleccionado. Díganme que hay cosas importantes pero no que “lo esencial es invisible a los ojos”, que es hermoso pero me enceguece. No me hablen de la rosa amorosa, o disparo. Igual, ya sé que harán lo que quieran. Es más, para embromarme, les imagino un montón de citas principescas…

lunes, 4 de octubre de 2010

Carta urgente para el Reparador de Sueños

Estimado Sr. Reparador

Me imagino que Ud. debe ser un señor con mucho trabajo. Aun más que Santa Claus, porque el Sr. del Jo Jo Jo trabaja unas pocas semanas y de enero a noviembre me parece verlo panza arriba en una playa del Caribe, con una chica de cada lado (o dos muchachos, por qué no, Santa Claus también tiene derecho) En cambio Ud. debe trocar lo sucio en oro todos los días del año. Supongo también que debe ser Ud. un hombre que recibe mucha correspondencia solicitando sus servicios, quejándose por sueños que han sido mal reparados o porque no pasó por la casa de alguien que lo estuvo esperando.

Yo no me quejo. He tenido sueños hermosos y muchos se cumplieron. Y Ud. pasó más de una vez por mi casa, reparando, corrigiendo, administrando mis sueños. Y he sido un soñador feliz: todo lo he soñado, mucho se cumplió. Pero hoy me encuentro con que si Ud. pasara por casa, no tendría ningún sueño para acercarle hasta mi puerta para que me lo repare. ¿Será que envejecer no consiste tanto en perder el cabello o la vista sino en que uno ya no sueña? Porque eso es lo que justamente me sucede. Ya no sueño nada. Y mire que yo he soñado mucho, Don Reparador. He soñado intensamente las cosas que deseé. Incluso he soñado cosas que no deseaba tanto, de puro curioso. Me soñé Alejandro, me soñé jugador de fútbol. He tenido cosas que ni siquiera me atreví a soñar, pues siendo tan frágiles temía que se rompieran de sólo desearlas. Y así fue que soñé en voz baja que era artista. Que era feliz, rodeado de los míos. Pero, o yo no soñé con suficiente fuerza, o Ud. debe haber estado muy ocupado reparando sueños ajenos, de esos con automóviles y rubias despampanantes. Porque no pasó más por casa. Lo entiendo perfectamente, los sueños materiales son muy difíciles de reparar porque, casi casi, no son sueños sino ambiciones. Y le deben ocupar mucho tiempo.

El asunto es que –le decía- muchos de mis sueños se hicieron realidad pero, como agua entre las manos, se me escurrieron antes de que Ud. viniera otra vez a repararlos.
Pero si no me equivoco, todos tenemos una cantidad de sueños preasignada por quien a Ud. lo emplea. O al menos eso me gusta pensar. Y aquí llegamos al punto central de esta carta. Lo que quiero saber, Señor Reparador, es si los sueños que me quedan disponibles y sé que no soñaré puedo traspasárselos a una personita feliz que es muy de mi consideración y estima. Porque, ¿sabe qué pasa Don Reparador? Son tiempos muy difíciles, y quisiera que esté bien pertrechada de sueños. Al fin de cuentas, son tan alimenticios como el pan y como el agua. Y Ud. sabe mejor que nadie que no se puede vivir sin ellos.

Esperando su respuesta favorable, me despido con un saludo cordial, deseándole que se le cumplan todos, pero todos, sus sueños.

sábado, 2 de octubre de 2010

Soy Scrooge

No soy bonito
No soy simpático
No huelo bien
No quiero otra oportunidad
Nadie me desea
Nadie me espera


Soy Ebenezer Scrooge
Expulsado, desheredado
Pisoteado, vapuleado, ajusticiado
Muerto, sepultado, olvidado
Y vuelto a levantar


Lo lamento
No es suficiente
Me presento de nuevo
¡Irrespetable público!
A alimentarme con tu desprecio

Como un dolor en la ingle
Insobornable moscardón
Aunque no quieras mirar
mis pupilas amarillas
Te daré una mala noticia

No creo en fantasmas

Tendrás que aguantarme
Esta navidad
Y muchas más.

En verdad
no soy Scrooge
Pero nadie, nadie nadie
Notará la diferencia.




jueves, 30 de septiembre de 2010

Una cita matrimonial




Ellos se amaban. Pero más amaban a Oscar Wilde (él), y a Groucho Marx (ella) Y así iba el matrimonio por la vida conversando con las palabras de sus amados, como por ejemplo aquella noche del 27 de julio de 2.008 que hoy quiero recordar:

En el restaurante del hotel

Ella: He pasado una noche estupenda. Pero no ha sido ésta.

El: Mi amor, cuando me hablas así, me haces pensar que la bigamia es tener una esposa de más. Y la monogamia es lo mismo.

Ella: Estoy totalmente de acuerdo, porque el matrimonio es una gran institución. Por supuesto, si te gusta vivir en una institución.

El: ¡Cuánto te admiro! Sabes que me gusta

contemplar a los hombres geniales y escuchar a las mujeres hermosas…

Ella: ¿De veras? Yo te admiro también, pero pídeme otro whisky. Bebo para hacer interesantes a las demás personas.

El: Por supuesto. ¡Mozo! Por favor, dos whiskys más; es que, ¿sabe Usted? La mejor manera de librarme de la tentación es caer en ella.

Ella: Ahora está mejor. Lo malo del amor es que muchos lo confunden con la gastritis y, cuando se han curado de la indisposición
, se encuentran con que se han casado…

Mozo: ¿Van a ordenar algo de cenar? Es que según Virginia Woolf (la leo mientras trabajo) uno no puede pensar bien, amar bien, dormir bien, si no ha comido bien. Aquí tienen el menú. Cualquier cosa que necesiten, me llaman. Somos varios mozos en este restaurante y es fácil confundirse, mi nombre es Julio...

Ella: ¡Gracias! Nunca olvido una cara. Pero en su caso, estaré encantada de hacer una excepción...Cambiando de tema
cariño, ¿cómo está Carlos?

El: Me han dicho que le va de maravillas, pero no lo sé a ciencia cierta ni lo quiero saber, porque cualquiera puede simpatizar con las penas de un amigo; en cambio, simpatizar con sus éxitos requiere una naturaleza delicadísima.

Ella: No puedo decir que no estoy en desacuerdo contigo,pero ¡qué malo eres!

El: Es absurdo dividir a la gente en buena y
mala. La gente es tan sólo encantadora o aburrida.

Mozo: ¿Ya han escogido lo que van a ordenar?

El: Sí, pero es muy variado, ¿quiere anotar? Tal vez no recuerde todo.

Mozo: Descuide. El cerebro es mi segundo órgano en importancia. Eso es de Woody Allen, a quien también leo en la cocina, en una demostración viviente de lo que él dice, que es que el trabajo es una invasión de nuestra pri

vacidad.

EL: No cuente lo que hace en su trabajo mientras no trabaja. Lo único que conseguirá diciendo siempre la verdad es ser siempre descubierto.

Ella: Mozo, nos está resultando Ud. un gran hombre. ¿Es usted casado? Detrás de un gran hombre hay una gran mujer y detrás de ésta su esposa.

Mozo: Sí, señora. Y en mi casa mando yo, p
ero mi mujer toma las decisiones. Permiso, voy a llevar sus pedidos a la cocina.

EL: Cariño, ¿te gustó el espectáculo?

Ella: He disfrutado mucho con esta obra d
e teatro, especialmente en el descanso.


El: No empieces con eso, que en los mejores días del arte no existían los críticos del arte. A mi me gustó.

Ella: Pero mi vida, ¿a quién vas a creer, a mí o a tus propios ojos?

El: A ti, porque el verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo invisible…

Ella: ¿Reservaste la habitación?
El: Claro, podemos subir cuando queramos, no hace falta pagar la adición ahora.

Ella: ¿Pagar la cuenta? ¡Qué costumbre tan absurda!



En la habitación

El: querida, ¿no ves algo pequeño al cuarto?

Ella: ¡Yo lo resuelvo! ¿Servicio de habitaciones? ¡Mándenme una habitación más grande!

El: Ven a la cama, mi vida, ¡deseo hacerte al amor!

Ella: ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo? No es la política la que crea extraños compañeros de cama, sino el matrimonio. No te preocupes, me preparo y ya estoy contigo…

El: ¡Qué bella eres! Sabes, tengo gustos simples, me satisfago con lo mejor. Y tú eres lo mejor.

Ella: Y tú eres el hombre más bello que he visto en mi vida, lo cual no dice mucho en tu favor.

EL: Es bastante difícil no ser injusto con quien uno ama, ¿verdad?

ELLA: ¡Basta ya de palabras mi cielo! Y seamos felices. Y no olvidemos que la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna…

Lo que pasó después, no necesita palabras…

jueves, 23 de septiembre de 2010

En el baile

Si esta noche la fortuna me acompaña,
podré rozar su mano…
Seré el hombre más dichoso de la tierra.
¡Rozar su mano!
Y tal vez un poco más
Sentir su piel dentro del guante
estrechar su palma suavemente
sin hablar
Decirlo todo con los ojos
Posar mi mano en su cintura
Y no poder siquiera despedirme

Hasta el próximo baile



"En el baile" pintura de Berthe Marie Morisot

martes, 21 de septiembre de 2010

¡No me extorsiones primavera!

Con tus pájaros y flores
Tu alegría
¡Tus amores!

Obligado, no quiero ser feliz
ni reír ni saludar
a tus bellezas
Porque soy torcido como un tallo
torcido

Quizás, en una de esas
Al ser tan elocuente
Me convenzas
Y sonría

Pero…
¡no me extorsiones primavera!
Que los días de lluvia
También me gustan.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Las señoras

Soñé que estaba en casa esta mañana
tocaban a la puerta dos señoras
con aire distinguido presentaban
sus corteses saludos, una Victoria;
la otra era Silvina, ¡las Ocampo!
Respiro con alivio, es que entre tanto
título perdido y deshojado
Niké, la mayor, miró aquel libro
y el pantagruélico François fue de su agrado

Temí que Victoria reclamara
Más respeto a los libros, esos amos
De la vida y la muerte, de las cosas
más valiosas del mundo, mariposas
Del saber y el querer, sus dos hermanos.
Y hablando de hermandad, la ví a Silvina
mullida en el sofá, mientras soñaba
sutiles universos, y ¡otra vez!
Bioy, el bandido, ¿dónde estaba?

Me avisan que se marchan, ya es la hora
Por eso apuro la foto inolvidable
¿Por qué las pilas agotadas, no querrían
guardar este momento tan amable?
Vuelvan señoras, tranquilas, cuando quieran
tráiganme el Sur, el alma, la poesía
Yo estaré aquí, soñando sus quimeras



Para saber más de Silvina y Victoria, hacer click aquí
Lo soñé de verdad.Victoria hojeaba Gargantúa y Pantagruel, de Rabelais, y Silvina se arrellanaba en el sillón. La cámara, en en el sueño, no tenía batería. En la realidad, tampoco

sábado, 11 de septiembre de 2010

Partida infernal en "El Paraíso"


El once de septiembre de 2.020 Mujica Lainez recibirá a Borges en su casa llamada “El Paraíso” para jugar una extraña partida. El tablero parece de ajedrez pero los casilleros son blancos y rojos y las piezas, diferentes. No son humanas pero tienen vida. El invitado abrirá con Elohim. Manucho adelantará al soberbio Lucifer. Luego Borges seguirá con Adonai y el anfitrión, lujurioso, jugará con Asmodeo. Don Jorge Luis demorará un poco porque no ve. Se asegurará que está tocando a Shadai y le ordenará avanzar en el tablero. Eso enfurecerá a Mujica y con un rugido infernal colocará a Satanás en la lucha.El poeta ciego sonreirá. Probará una diablura con Yahveh. El Duque de Bomarzo se relajará y pondrá en combate a Belfegor. Las piezas estarán dispuestas en forma circular y la lucha será en el centro del tablero. No es momento para guardarse nada y el autor de “Ficciones” dispondrá de Jehová. El de “El Escarabajo” a Leviatán. Hashem es el paso siguiente de Borges que empezará a agotarse y Manucho lo continuará con Mammón. Georgie se quedará sin piezas pese a que Mujica aún tendrá a Belcebú, expectante. Ambos se reirán, la suerte parecerá echada. A punto de voltear a Jehová del medio del tablero, el poeta ciego se arrepentirá. No pondrá un nombre de Dios, pondrá una letra, que es silenciosa y que es la totalidad de la creación. No es el principio ni el fin de la creación, es su todo. Y dentro de la totalidad está Dios. Es la letra “alef”.
La jugada además de brillante será válida, Mujica la celebrará. Sólo le restará traer al goloso Belcebú y los nombres de Dios se enfrentarán a muerte contra los Siete Demonios. Mientras muevan las piezas los jugadores hablarán del Renacimiento y de Spinoza. Manucho le mostrará a Borges su famosa colección de objetos: el horóscopo que le hizo Xul Solar, amigo de los dos; el grabado de homenaje a Beardsley; el diseño de homenaje a Lautrémont; un recibo firmado por Garibaldi; el texto de magia de Stanislas de Guaita “marqués, poeta y morfinómano”. Y por sobre todas las cosas le mostrará el manuscrito de la traducción del “Amadís de Gaula” al francés, del año 1.540. Borges no podrá verlo pero sí olerlo, tocarlo, amarlo. Nuestro mundo dependerá del resultado final del juego, que constará de diez partidas. Contrariamente a lo que podríamos suponer, los jugadores intercambiarán piezas luego de cada partida. Al fin y al cabo, Mujica Lainez aún reside en “El Paraíso” y Borges pasó buena parte de su vida entre tinieblas.

El espejo del salón no dará cuenta de ninguna imagen de lo que allí suceda.




Homenaje de "La Menor Idea" a Manuel Mujica Lainez en el centenario de su natalicio. Las fotos son de su mítica residencia "El Paraíso" de Cruz Chica, Provincia de Córdoba, Argentina, y fueron tomadas el último verano.

Mujica, autor de páginas inmortales como Bomarzo, Misteriosa Buenos Aires o El Escarabajo, y Borges, autor de "El Aleph" y "Ficciones" fueron grandes amigos. Borges le dedicó estos versos:
Isaac Luria declara que la eterna Escritura
Tiene tantos sentidos como lectores. Cada
Versión es verdadera y ha sido prefijada
Por Quien ideó el lector, el libro y la lectura.
Tu versión de la patria, con sus fastos y brillos,
Entra en mi vaga sombra como si entrara el día
Y la oda se burla de la Oda. (La mía
No es más que una nostalgia de ignorantes
cuchillos
Y de viejo coraje.) Ya se estremece el Canto,
Ya, apenas contenidas por la prisión del verso,
surgen las muchedumbres del futuro y diverso
Reino que será tuyo, su júbilo y su llanto.
Manuel Mujica Lainez algunas vez tuvimos
una patria – ¿Recuerdas? – y los dos la
perdimos.


Mujica Lainez se inspiró en estas imágenes para escribir su novela "El Viaje de los siete demonios" Toda su residencia está llena de antigüedades, como las descriptas en el cuento.




Estuvimos allí.



miércoles, 8 de septiembre de 2010

Demagogia bloguera (o el vómito de Dios)

He notado -no sin sorpresa- una pequeña corriente de blogueros que mientras escriben sus entradas nos alertan acerca de que mejor que leerlos es estar viviendo la vida, ya que no habría vida en los blogs. Y así, en lugar de estar subidos a la computadora buscando lectores, lecturas, amigos, amores o lo que cada uno busque, en forma virtual, lo ideal sería estar "viviendo"
Amablemente digo que encuentro esa postura hipócrita, demagógica, descalificadora y paternalista con los lectores del mundo blog. Y no sigo adjetivándola porque es un día hermoso en Buenos Aires y estoy de excelentísimo humor (oigo los pájaros desde mi ventana)
Que una persona encabece su post advirtiéndonos de que en realidad es mejor estar en otro lado en lugar de leerla es como ir anunciando apoyo a la ecología desde un camión que expulsa gases tóxicos por izquierda, por derecha, por atrás y por delante; o que la persona que deseamos nos diga lacónicamente que en realidad XX es mejor que ella, con lo cual nos convierte en unos auténticos imbéciles con un ramo de flores en la mano.

Me pregunto cómo será "no vivir" mientras estamos blogueando. ¿Se suspenden nuestras funciones respiratorias, circulatorias, mentales? ¿dichas funciones son recuperadas al apagar el ordenador? Pienso que se está confundiendo a la herramienta con el uso equivocado o desmesurado de la herramienta: y así, como hay un idiota que está subido a la red 28 horas por día, es mejor que nadie lea blogs, o mejor que lo haga cuando no tiene nada más útil que hacer, que sería algo así como hacerlo en sus momentos de no vida. Yo subiría la apuesta y recomendaría no beber ni una gota de alcohol porque existen los borrachos. Que nadie tenga sexo porque hay personas que no se cuidan. Es más, desalentaría el uso de los martillos porque hay uno que otro loco que se lo da por la cabeza a alguien.
No me gusta cuando me recomiendan cómo no debo perder mi tiempo, sobre todo cuando me lo dice la persona a quien voy a dedicárselo. Lo mínimo que pretendo del dueño de un blog es que lo escriba con el corazón, no con su intestino grueso. No quiero que me pase tristemente la mano por la cabeza diciéndome que lo que voy a leer es una tontería y que estaría mejor en otro lado, viviendo. Eso lo decido yo.

Pero... ¡cuidado! lo mismo exijo de mí y de mis lectores. Pretendo mínimamente que suspendan, interrumpan o pospongan cualquier actividad si se han percatado de que La Menor Idea actualizó. Y si hace falta se lo digo a los gritos. Por ejemplo:
1) ¿Está a punto de hacer el amor con la persona de sus sueños, quien suplica su presencia inmediata en el lecho amoroso? ¡Que espere! incluso podría aumentar la pasión, no tanto por el contenido de lo que lea aquí sino porque la prolongación de la llegada del placer, como todos sabemos, es igual o mejor que el placer mismo.
2) ¿Está por comer su plato favorito y podría enfriarse? ¡Qué se enfríe! Al fin y al cabo lo único que hace es incorporarse mecánicamente su mismo plato favorito casi todos los días, y ya debería estar harto de él.
3) ¿Lo esperan en el quirófano para operar o ser operado? ¿Qué hacen cinco minutos más? Podrían ser los últimos. Dedíquemelos a mí o a su bloguero favorito.
4) ¿Sus niños quieren jugar con Ud.? No sienta culpa, que esperen. Recuerde que hace diez minutos pensó seriamente en abandonarlos en la vía pública.

No seamos livianos, pongámosle pimienta a lo que hacemos, ¡por favor! Aquí en La Menor Idea ponemos todo, aunque este todo sea una nada para la mayoría, y además tengan razón.

El Apocalipsis del Apóstol San Juan dice “Conozco tus obras: ¡no eres ni frío ni hirviente! Así, porque eres tibio, voy a vomitarte de mi boca” (3:14)
A los tibios los vomita Dios y no debemos ser el vómito de nadie, ni siquiera el vómito de Él. Antes que tibio, frío, y antes que frío, caliente. Aunque de tan caliente me queme, aunque quiera decir que estoy en el infierno.

Por último, para los que crean que me extralimité con el asunto, quisiera justificarme con el pensamiento de un improbable Ortega y Gasset, tal vez borracho: “No fui yo. Fue mi circunstancia”


martes, 7 de septiembre de 2010

Lupanar

Piso de tierra
Chapas en el techo
Mujeres sin edad
Hombres viejos
Adolescentes
Jornaleros
Casados
Cumbia
Olor a vino

Semidesnudas
invitan desganadas
Los hombres no hablan
Miran bien
No se deciden
Adolescentes sin dinero
Los viejos tienen
Los otros quien sabe

Mil nueve ochenta
Lupanar en la ruta
a Mendoza
Aquí no hay amor
Tampoco sexo
Los tipos descargan
Y se van

sábado, 4 de septiembre de 2010

Out of tears

Algo de vino
en la copa
para que
los stones suenen
diciendo
"no voy a morir
cuando te despidas"
Estoy totalmente de acuerdo
aunque no sea verdad

martes, 31 de agosto de 2010

Casi una línea recta

Que cada uno sueñe lo que quiera. Atravesar el Amazonas, la mítica ruta 66, la 40 que va junto a los Andes o el camino de Santiago. A mí me gustaría recorrer 1.000 km que van de Ucrania a Polonia. Ni siquiera es una sola ruta. Tampoco sé si hay bonitos paisajes o cuán segura puede resultar la travesía.
Me gustaría empezar en Chechelnyk. Algunos miles de habitantes y en 1.920 un lugar no muy acogedor para los judíos. Los nazis no existían pero los bolcheviques sí, y pese a que muchos de sus líderes eran judíos, pronto empezaron las persecuciones. Hasta Drohobich hay 599 kilómetros y las cosas no eran muy diferentes allí. Treinta mil habitantes en la década del treinta. Primero las tropas soviéticas, luego los alemanes. Y siempre era un problema que te cosieran la estrella de David en el pecho. Sigo otros 400 km y ya estoy en Maloszyce, un señorío cercano a Varsovia.

Allí también estaba difícil, y con los nazis empeoró todo.
Si buscamos por la computadora, no encontraremos nada de estos lugares por sí mismos, alejados de la mano de Dios, ignotos parajes de imperios olvidados, casi imaginarios (el astrohúngaro, el Tercer Reich, la Unión Soviética)
Sin embargo, aparece información de estos tres sitios vinculada con tres individuos, que para mí son tres milagros. En 1.904 nace en Maloszyce, Polonia, Witold Gombrowicz. En el año 1.939 es invitado a un crucero a Buenos Aires y a los pocos días los nazis invaden su patria. No puede volver a Polonia el judío Gombrowicz, por supuesto. Tampoco con los comunistas. Veinticuatro años vivirá en la Argentina. Luego regresará a Europa, viejo y enfermo. Pero no a Polonia.

En 1.920 nace Clarice Lispector en Chechelnyk, Ucrania. A los dos años sus padres emigran al Brasil. Por supuesto que la literatura brasileña se la adjudica y con razón. Pero yo no me olvido que huyó de los pogromos que hubo en la Rusia zarista, y en la comunista también. Y eso marcó a fuego su literatura, aunque no tuviera recuerdos.

Bruno Schulz no pudo huir. Casi nunca había salido de su Drohobich natal, que en aquel entonces pertenecía a Polonia y hoy a Ucrania. Durante la ocupación nazi, Schulz trabajaba para un oficial alemán como un esclavo en pleno siglo XX. A punto de escapar con papeles falsos, otro oficial alemán, rival de su “amo”, le disparó en la cabeza.
Los tres pueblos existen en la red por causa de sus tres escritores, prácticamente como único motivo.
Quisiera saber si existen las casas natales. Una escuela, un registro civil que de cuenta de sus personas. Tal vez algún pariente o alumno de quienes escribieron esto:


"Tengo miedo de escribir. Es tan peligroso. Quien lo ha intentado lo sabe. Peligro de hurgar en lo que está oculto, pues el mundo no está en la superficie, está oculto en sus raíces sumergidas en las profundidades del mar. Para escribir tengo que instalarme en el vacío. En este vacío donde existo intuitivamente. Pero es un vacío terriblemente peligroso: de él saco sangre. Soy un escritor que tiene miedo de la celada de las palabras: las palabras que digo esconden otras: ¿cuáles?. Tal vez las diga. Escribir es una piedra lanzada en lo hondo del pozo." Clarice Lispector "Un soplo de vida" (Siruela)

"Nuestro lenguaje no posee definiciones que dosifiquen el grado de realidad ni definan su densidad. Digámoslo sin rodeos: la fatalidad de este barrio consiste en que nunca nada se realiza hasta su culminación, nada llega a su definitivum, todos los movimientos iniciados se suspenden en el aire, todos los gestos se agotan tempranamente y no pueden superar su punto muerto. Hemos podido observar la gran frondosidad y el despilfarro en las intenciones, proyectos y anticipaciones que caracterizan el barrio. Todo él no es otra cosa que la fermentación de deseos crecidos muy deprisa, y por ello, sin fuerzas y huecos. Bruno Schulz "la calle de los cocodrilos" (Siruela)

"Cuando por la noche regresé a Jocaral, los árboles aullaban como si los estuvieran desollando. Me puse a escribir este diario, no quiero que la soledad ronde en mí sin sentido, necesito a los hombres, a un lector...No para comunicarme con él. Sólo para emitir señales de vida. Ya hoy consiento en este diario las mentiras, los convencionalismos, las estilizaciones, con tal de poder pasar de contrabando, aunque sea como un eco lejano, un tenue sabor de mi yo aprisionado" Witold Gombrowicz "Diario argentino" (Adriana Hidalgo editora)

Pensando en ellos tres se me ocurrió unir sus pueblos. Casi una recta encontré entre estos lugares caídos del mapa. Una recta que atraviesa Ucrania y Polonia para terminar en otro punto perdido del otro lado del mundo. Buenos Aires.




Ver mapa más grande
Bitacoras.com