sábado, 31 de diciembre de 2011

Levanto mi copa

Levanto mi copa para brindar contigo

Levanto mi copa para augurarte lo mejor

Y levanto mi copa porque se me resbaló

en la alfombra

El champagne barato la arruinó

Los vidrios me cortaron el dedo gordo

Tal vez la herida se me infecte

Durante este 2.012

Que deseo te sea favorable.



(antiguos festejos de fin de año que seguramente se repetirán esta noche)

martes, 27 de diciembre de 2011

Diario del año de la peste

Entre los años 1664 y 1666, una plaga asoló a Londres y sus alrededores, dejando más de 70.000 muertos. Posiblemente fue peste bubónica y, desde luego, la mayoría de las personas la atribuyeron a la voluntad divina.

En 1.720 otro brote de peste apareció en Marsella y con ella el temor volvió a reinar en Londres. Un señor apellidado Foe (comerciante de vinos, periodista, estafador, espía y más de una vez encarcelado por deudas) decidió aprovechar el temor popular, como lo hacen nuestros actuales periodistas, comerciantes y estafadores, y publicó un ficticio diario sobre los hechos ocurridos seis décadas antes, firmado por un tal “H.F.”, donde desordenadamente narra anécdotas, da explicaciones científicas, brinda consejos ante futuras epidemias, desenmascara farsantes, y nos recuerda que Dios está en todos los sucesos de este mundo.

Cuenta que cuando en una casa se detectaba la peste se prohibía la salida de los integrantes de la familia, estuvieran infectados o no, lo cual condenaba a muerte a todos sus integrantes; que en algunos casos la aparición de los signos físicos de la enfermedad era inmediata: tumores y carbuncos supurantes; llagas, pústulas y tumefacciones dolorosas que se “curaban” mediante emplastos y cataplasmas y, si éstos no servían, mediante cortes y la aplicación de cáusticos que provocaban dolores insoportables. En otros casos, el infectado no mostraba ningún síntoma y se daba cuenta de su condición un par de horas antes de morir. La ciudad vivió una época llena de solidaridades y mezquindades, de escenas dantescas con carros donde los cadáveres se apilaban sin que nadie pudiera llevar a enterrarlos porque el cochero también había muerto; con miles de personas con recursos huyendo de la ciudad y así desparramando el mal por toda Inglaterra; con los pobres quedándose por no tener adonde ir, contentos de conseguir los trabajos más expuestos y poder llevar comida a sus hogares y con ella, la enfermedad. Gente que por estar aprovisionada de víveres no salió casi nunca de las casas hasta que lo peor pasó. Y todas las noches pletóricas de alaridos, quejidos e invocaciones al Señor.

El Sr. Foe cuenta también historias como esta: “Recuerdo a un ciudadano quien, luego de haber escapado así de su casa en Aldersgate Street o algún sitio próximo, recorrió el camino que conducía a Islington. Intentó entrar en la Posada del Angel, y luego en la del Caballo Blanco, dos albergues que son conocidos desde entonces siempre con los mismos rótulos, mas fue rechazado. Entonces llegó a Pied Bull, una posada que también subsiste con su antiguo nombre. Les pidió alojamiento por una sola noche, afirmando que iba a Lincolnshire y asegurándoles que estaba completamente sano y libre de la peste, la que por entonces aún no había llegado a esos parajes.

Le dijeron que no disponían de ninguna habitación libre, pero que tenían una cama arriba en el desván, y que podían darle esa cama por una noche, pues esperaban a unos ganaderos con reses para el día siguiente; de modo que, si quería aceptar ese cobijo, podría disponer de él, cosa que el hombre hizo. Así pues, enviaron con él a una criada con una candela, para que le mostrara la habitación. El hombre estaba muy bien vestido y aparentaba ser una persona no habituada a dormir en un desván. Y cuando entró en la habitación, exhaló un profundo suspiro y dijo a la criada: “ Pocas veces he estado en un aposento como éste” Pero la criada le aseguró nuevamente que no tenía nada mejor; “Bueno” dijo el hombre, “tendré que arreglarme. Es ésta una época espantosa; pero es sólo por una noche” Se sentó al borde del lecho y pidió a la muchacha que le subiera algo, creo que una pinta de cerveza caliente. Por lo tanto, la criada fue a buscar la cerveza, pero alguna cuestión urgente de la casa, que quizás la ocupó en otra tarea, hizo que lo olvidara; y ya no subió más al desván.

A la mañana siguiente, al no ver aparecer al caballero, alguien de la casa preguntó qué había sido de él a la criada que le había enseñado el camino. “¡Ah!” Exclamó sobresaltada, “me olvidé completamente de él. Me pidió que le llevara un poco de cerveza caliente, pero me olvidé” Ante esto, mandaron, no a la muchacha, sino a otra persona para que subiera a ver, quien, al entrar en el cuarto, lo encontró cadáver, rígido y casi frío, echado en cruz sobre la cama. Tenía las ropas arrancadas del cuerpo, las mandíbulas caídas, los ojos abiertos en la más terrorífica de las expresiones y una de sus manos fuertemente agarrotada sobre la manta de la cama, de manera que era evidente que había muerto poco después de que la criada lo dejase solo”

El autor de este magnífico libro, queriendo aparentar antecedentes nobiliarios que no tenía, se agregó un “De” al apellido originario y también escribió la historia de un marinero perdido al que llamó Robinson Crusoe.

Pero blasones no le faltaron a Daniel Defoe para escribir este Diario del año de la peste: nació en St. Giles Cripplegate, un lugar donde la peste atacó violentamente a sus pobladores, y fue hijo de un carnicero, actividad que por su falta de higiene fue arrasada durante aquellos sombríos años.

Y por supuesto, recomiendo calurosamente su lectura.

ADVERTENCIA: durante la lectura del “Diario…”, este cronista ha padecido fiebre, tos, secreción de humores espesos y pegajosos y aftas en la boca. Lejos de él querer obtener con la descripción de estos síntomas un efecto amedrentador en el posible lector, lo aquí dicho responde a la más pura y objetiva realidad de lo que le sucedió. Por la gracia de Dios se encuentra en franca mejoría y ninguna vinculación le atribuye a lo que en el libro de Defoe se cuenta.

sábado, 24 de diciembre de 2011

"No tengo nada que festejar esta noche"

Entonces

Te lo digo bien bajito

para que no te sientas obligado

Si querés mirá la peli

No brindés

Dormite a las diez

Pero no me podés prohibir que te lo diga

Bien bajito

Para no enojarte

(¡Feliz Navidad che!)

sábado, 17 de diciembre de 2011

Nobody




La lluvia estaba ensañada con el detective. Cada vez que salía del bar caían sobre él océanos enteros, y cuando entraba de nuevo a tomar otro café, por poco no salía el sol. Los cigarrillos estaban más mojados que él. De todos modos ya no se puede fumar en ningún sitio. Sólo en los cementerios, pero eso hasta que se queje algún huésped. Nadie en las calles, nadie en el bar. Nadie a quien seguir, nadie a quien investigar, nadie al volver a casa. Nadie. Decidió pasar por el cementerio. Tal vez encontrara gente allí. Incluso, viva. Y si tampoco hubiera nadie, al menos podría intentar encender el último cigarrillo. Ese que al tacto no luce tan mojado. Jugó con el encendedor húmedo y apuró el paso. Ya se sentía mejor.

lunes, 12 de diciembre de 2011

No Tsé y el amor posesivo


Como ya es un clásico de los fines de semana largos, vuelven las reflexiones de No Tsé, un pensador inigualable. Es esta ocasión, el filósofo chino se referirá a un tema doloroso: el amor posesivo.

“Si sientes por tu esposo/a un amor doloroso, es porque eres posesivo/a. Ese sentimiento acabará no sólo con tu matrimonio sino con todo lo que tienes: “El que posee, posee hasta consumirlo todo”

¿Sientes celos enloquecidos porque tu esposa saldrá con sus compañeros de la escuela secundaria el viernes por la noche? Convéncela de que se vaya un fin de semana entero con ellos.

¿Sientes incomodidad porque tu esposo irá a tomar un cafecito con su ex novia para recordar viejos tiempos y saber cómo está? Procura que la invite también a cenar y a bailar, y regrese a las siete de la mañana, ebrio.

¿Acumulas angustia porque tu pareja se va a bailar tango todos los jueves con sus amigos y estás convencido de que Roberto, el taxista, quiere tener amor físico con ella? Dile que se olvide de los niños y vuelva cuando tenga que volver, siempre y cuando Roberto no le cobre la vuelta."

En esta instancia habló Lu Tung, el más antiguo alumno de No Tsé, tal vez su sucesor, y dijo:

“Maestro, ya hice todo esto. Mi esposa se fue con Roberto y me dejó con los chicos. Para siempre. Ya no soy posesivo, aunque tampoco feliz. ¿Qué debo hacer ahora?"

Y el gran No Tsé, volvió a hablar, con sabiduría:

“No sé, Lu. Siempre has sido bastante chambón con las mujeres y yo, célibe a los 85, mucho no sé. No puedo distinguir a una hija del Imperio del Sol de una grulla, el animal más inteligente de la naturaleza y por ello fundamental en mi sabiduría. Si meditas, encontrarás la respuesta adecuada. Pero no te quedes en casa con los niños todo el tiempo, podrías ponerte triste. Ve al club de solos y solas de Rebecca Goldemberg, ellos se reúnen los jueves, día aciago para ti. Rebecca le consigue pareja hasta a las momias, y no importa si no eres de la cole, a lo sumo te cobrará un 20% de recargo. Te encontrará algo, seguro”

CONCLUSION: Como notarás, querido lector, ningún asunto le es ajeno al pensador chino. Me preguntarás si en verdad creo en la existencia de No Tsé. Te respondo “ipso facto”: No sé. Pero que sus enseñanzas existen, existen. Y yo las sigo.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Smith Ballew


Pongo un disco

De Smith Ballew

Busco una chica mala

Enfrío el champagne

Me arreglo

el bigote extraño

Y sé que todo esto

Que ahora es terrible

En mil novecientos treinta

Hubiera arrasado

viernes, 2 de diciembre de 2011

Mujeres voladoras

Se deben buscar damas

Norahs Langes por ejemplo

O la alada

De Oliverio

Conste, soy terrestre

Y de repente

Adeudo una mujer

Que se suelte de mi mano

Y vuele sin remedio

De mí

Como un globo en línea recta

Ida al sol

Y quien te dice

parapente

Vuelva a aquí

martes, 29 de noviembre de 2011

Un genio diferente

El era un Genio distinto. Ni mejor ni peor. Distinto. Y además era muy, pero que muy viejo. Y después de miles de años cumpliendo siempre los mismos deseos, decidió cambiar las reglas. Es que como dijo el Poeta Ciego, "el milagro tiene derecho a imponer condiciones"
Y él las impuso. Claro que el muchacho que acaba de encontrar la lámpara en el hueco de un árbol no lo sabe, y la frota ilusionado pensando en fortunas y palacios...
- Lo siento. Nada de eso puedo darte.
- Y entonces ¿qué clase de genio eres?
- Uno muy original. Ninguna riqueza puedo dar. Sí puedo conceder algunos dones. Pero ninguna cosa. Tampoco puedo cambiarte a tí.
- O sea que nada puedo pedirte porque ningún deseo me cumplirás.
- Yo no dije eso. Dije que no puedo cambiarte a tí. Pero sí a los demás. Dime cómo quieres que te vean y cambiaré al mundo entero si lo deseas. Podrás elegir tres cualidades. Pero tengo que advertirte de algunas cosas.
- Dímelas
- Yo aparezco una sola vez en tu vida. Frotas la lámpara y tienes que dejarla en el mismo lugar en que la encontraste, sin volver a tocarla nunca más. A nadie puedes decirle ni de la lámpara ni de mi existencia. Exactamente dentro de un año tienes que volver a aquí. Encontrarás una carta junto a la lámpara. Deberás leerla. Tiene que ser exactamente el día número 365, y no podrás tocar la lámpara. Ni un día más, ni un día menos. Si vienes en otro momento; si le cuentas algo a alguien; si vuelves a tocar la lámpara, todos te verán como realmente eres.
El muchacho aceptó las condiciones del Genio.
- Quiero que me vean hermoso. Inteligente. Y valiente.
- ¡Sea! -dijo el Genio- olvidé decirte algo más. Las cualidades no llegan de inmediato, porque el cambio brusco podría matarte. Notarás la diferencia lentamente.
Dicho esto, el Genio volvió a su lámpara sin despedirse. El muchacho se sentó un rato junto al árbol. Es que aún estaba conmocionado por la aparición. Finalmente se durmió y al despertar, pensó que todo debía tratarse de un sueño.
Sin embargo, al día siguiente, le pareció que en su pueblo lo empezaban a tratar diferente. Era un cambio muy sutil, pero por ejemplo la señora de la esquina, esa que nunca le dirigía la palabra, le dijo buenos días.
Otra vez hubo una discusión en el mercado, y cuando los temerarios cuchillos ya mostraban sus filos al sol del mediodía, él se interpuso entre los contendientes y les obligó a cesar en la lucha.
Un mes más tarde el pueblo enfrentaba un problema de difícil solución y se hizo una asamblea. El muchacho expuso sus ideas y resultaron de provecho. A partir de ese día todos le consultaban sobre asuntos de lo más variados, porque había dado muestras de inteligencia.
Finalmente se enamoró de la joven Melina y ella correspondió su amor, por lo que decidieron casarse.
El muchacho ya no tenía dudas. El Genio existía, y cumplió sus deseos. Agradeció enormemente que fuera un Genio aburrido y no le permitiera elegir fortunas ni palacios. Comprendió la sabiduría de tal prohibición, porque el dinero es escurridizo y las relaciones que genera, también. En cambio lo que le había otorgado era duradero. Todos lo veían como él quería ser. Sólo le faltaba esperar el día marcado para quedarse tranquilo definitivamente. Para no olvidarlo resolvió casarse el mismo día, también como una forma de agradecimiento al Genio que cambiando a los demás, lo cambió a él.
La ceremonia ya había finalizado, y los invitados iban a la fiesta en el campo. El muchacho le dijo a su esposa que quería estar unos momentos solo y que luego la alcanzaría. Presuroso corrió hasta el árbol, y cuando estuvo seguro de que nadie lo siguió, se fijó en el hueco. Allí estaba la lámpara -esa que no podía volver a frotar- y al lado, una carta con su nombre en el sobre:
"Muchacho:
Seguramente que tu incredulidad inicial se ha convertido en agradecimiento. No tengo ninguna duda que los tres bienes que me pediste te acompañan: hermosura, inteligencia y valentía. Debo decirte algo pero... ¡No tengas temor! que no te los quitaré. Es que no puedo quitarte algo que no te he dado. No te dije exactamente la verdad. Y la verdad es que como soy un genio muy, pero que muy viejo, mis poderes se han agotado. Solamente me quedan fuerzas para salir de la lámpara de vez en cuando. El humo y la exhibición de mis voluminosos músculos me dejan extenuado, y ya ningún deseo puedo cumplir. Pero me apenaba tanto ver la tristeza de mis amos ante la noticia, que se me ocurrió inventar una historia. Y a partir de ese día, solamente ofrezco el sueño de cambiar la visión que los otros tienen de quien me invoca. ¡Y la historia se hace realidad! No tengas miedo. La belleza, la inteligencia y la valentía las tuviste siempre. Uno desea lo que sabe que tiene en su corazón, pero que no se atreve a ser. No temas. No sé por qué los humanos prefieren creer en un viejo genio antes que en sí mismos. Cuida tus dones porque son tuyos. Siempre lo han sido"
La voz de su esposa llamándolo lo devolvió del estado de ensueño en que se encontraba. Los invitados esperaban. Ansioso, apuró el paso. Porque es costumbre que los novios lleguen juntos a la fiesta.

El era un Genio distinto. Ni mejor ni peor. Distinto. Y además era muy, pero que muy viejo. Y después de miles de años cumpliendo siempre los mismos deseos, decidió cambiar las reglas. Para dicha de quien se encuentre con su lámpara.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Desayuno

Yo estaba en el bar haciendo que leía

Y vos pasaste simulando no mirarme

Eso pensé

En realidad no me viste ni un poquito

Por suerte el pie asomado funcionó

Y caíste sobre mí

Me manchaste de café

leche y tostadas

Con manteca que asomaba

Por tus labios

Sólo el agua se salvó

Esa que tiraste luego sin querer

Sobre el libro

Que fingía estar leyendo

Y no leía

jueves, 24 de noviembre de 2011

Las rosas

Un ciego juntaba rosas: una, llegada del paraíso; otra del futuro, algo marchita; una platónica; otra, inalcanzable; y una más, primera, arquetípica. A cada amor que lo dejaba una le dio. Fueron muchos sus amores y otras tantas las extrañas rosas que obsequió. Aquel ciego yace lejos de su tierra y del olvido. De tanto en tanto una flor es apoyada en la piedra exagerada. No es extraña esta rosa, como aquellas. Es apenas una, como tantas. Pero todas las rosas están en ésta, anónima y común ¡Viejo ciego! Junta tus amadas rosas otra vez.



martes, 15 de noviembre de 2011

Reunión en la editorial

- Por favor, sea breve, dijo el editor.
El falso Oscar Wilde contestó que lo sería, pero no para conquistarlo.
Y agregó:
- No hay que confundir talento con encanto. Ambas palabras terminan igual, no así las vidas de quienes posean una u otra virtud. Tener encanto y talento a la vez es casi imposible, Dios otorga en pocas ocasiones ese favor, digamos cada doscientos o trescientos años, y el irlandés murió hace poco más de cien. Una, muchas veces lleva a la fama, incluso al prestigio. La otra también, aunque puede ser póstumo. No quiero devotas flores en mi tumba literaria, frecuentaré salones repletos de señoras ávidas de escritores pero no de libros, y, si la fortuna me acompaña, tal vez consiga alguna línea eficaz. Que no le traeré a usted, naturalmente, porque breve soy solamente para decir…¡adiós!

domingo, 6 de noviembre de 2011

Yo no hice nada

No quise cruzarme en tu camino
Ni que te fijaras en mí
No pretendí llamar tu atención
Tosiendo a propósito
Pensando en voz alta
Hablando en voz baja
No quise que cayeras rendida
A brazos ni pies
Por eso cruzo la calle
Cuando te veo venir
Porque yo no hice nada
Para enamorarme de ti.


jueves, 3 de noviembre de 2011

Agenda de mi día de cumpleaños

11 hs. Reunión con inversores chinos que quieren publicar las Obras Completas de Francis Oliverio Recúpero en edición bilingüe (chino cantonés y chino min)

13 hs.: almuerzo con Hugo Hefner y sus conejitas de playboy (música, champagne y algo más)

14 hs; visita al gastroenterólogo de urgencia

15 hs: vista de urgencia al Dr. Ambrosetti, Urólogo: qué funciones tiene la próstata, dónde se ubica, por qué duele. Mitos y verdades del Viagra, qué hacer ante la primera ingesta, mujeres que están a favor, mujeres que están en contra. El Viagra, el mejor amigo del hombre? Y el perro?

17 hs. ; visita a la Iglesia de San Expedito

20 hs.: la verdad aparece descarnada. Ir a un bar, negar que sea el cumple y emborracharse con desconocidos. Llamar al Dr. Ambrosetti y decir que se vaya a la mierda. Llamar de urgencia al Dr. Garfunkel, psiquiatra.

21 hs.: en la camita tomando un caldo.

martes, 25 de octubre de 2011

Los gatos de la esquina

Tienen su casa

Se las hizo un taxista que murió

Madera y chapa

Son dos pisos y hay lugar para unos cuantos

Están de día

De noche cazan y hacen esas cosas ruidosas

Que hacen los gatos

Cuando es mucha mi comida

Bajo hacia la casa

Los tipos me conocen pero igual

Se acercan lento

Comienzan el festín

Y me olvidan

Tal vez yo sea un gato más

Me gusta andar de noche

A oscuras

Ojos bien abiertos

Silencioso

Los envidio mucho

Tienen casa y libertad

Como yo

Comida

Como yo

Pero son varios.

domingo, 23 de octubre de 2011

Ambos mundos

“Ambos mundos” es un hotel de Cuba

El del viejo Hem

Un restaurant en Barcelona

Otro en Mar del Plata

//

Y también lo que yo siento

Al salir de mi planeta

Porque me invitas a pasar

A tu corazón



viernes, 21 de octubre de 2011

Posible Carta del Altísimo Dios Todopoderoso a Adán, si es que lo proveyó inmediatamente del don de la lectura

"Muchacho querido, imaginé un mundo lleno de mujeres. Si no te toca a ti, le tocará a tu descendencia. Pero debo advertirte: nunca trates de complacerlas haciendo lo que no deseas, ya que siempre chocarás con alguna de ellas, sino con todas. En efecto, acaso sin haberlo meditado demasiado, oportunamente te daré a ti o a tus hijos:
1) Una madre
2) Una esposa
3) Una hermana
4) Una hija
5) Eventualmente una amante
6) Si te separas, una novia
7) Una ex esposa
8) Una ex-novia de toda la vida
9) Algunas amigas
9) Algunas compañeras de trabajo
10) Algunas vecinas
11) Una señora de la limpieza
12) Una portera
13) Una gata

Todas y cada una de ellas te amarán y por ello te exigirán que hagas lo que ellas desean. Especialmente si lo que ellas desean colisiona con el deseo de alguna o de todas las demás integrantes del femenino team. Nunca, pero nunca, digas que sí por complacerlas o para que te dejen ver el partido, sólo lograrás que tus cosas se agraven, o lo que es peor, que se aburran de ti. Y si no tienes muy en claro qué deseas, simplemente di que no, y échate a descansar como hice yo, porque no tengo Jefe"


(dedicado a las mujeres que Dios me dio...sólo imagino un universo más siniestro que este, lleno de mujeres, y es un mundo sin ellas)

Maldita perra suerte mía

Con planes de mojarme

Fui a la lluvia

Maldita perra suerte mía

Salió el sol

//

Mis lágrimas

Rebotaron en la calle

En el tejado

En una flor

//

Un gorrión

Que moría de tristeza

A mis espaldas

Las bebió

domingo, 16 de octubre de 2011

Otra versión del Paraíso


Es allí donde los santos
Descansan
De bondades
De amores puros
Lejos del martirio
Y de Dios
La hoguera
Es sólo un fuego
Que invita
A beberse una copa
Con amigos
Y el sexo es
Una bendición



viernes, 14 de octubre de 2011

Super Hero II


Adivino tu signo

Tu nombre

Tus gustos

Te invito una coca

Te pregunto la hora

Te hablo de mí

Del tiempo

De la vida

Y me mirás furiosa

OK, ya entendí

Seguro que preferís

Que vuelva más tarde

Digamos

En mil años

jueves, 13 de octubre de 2011

Super Hero


kamikaze

me estrello en ese amor

y resucito

como siempre

la semana que viene



miércoles, 12 de octubre de 2011

CONVERSACION GRABADA ACCIDENTALMENTE EN RESEARCH IN MOTION


Jefe, no anda ninguna Blackberry en ninguna parte del mundo. Más de 70 millones de usuarios no pueden dejar un puto mensaje ni entrar siquiera a chequear su correo

- Qué sucedió Mc Millan?

Ni puta idea Jefe, simplemente dejaron de andar. Ahora tampoco funcionan en Sudamérica

- Olvídate de Sudamérica que a nadie le importa. ¿En cuánto tiempo crees que puedes solucionarlo?

Quince horas. Un día más, a lo sumo

- De acuerdo, necesitamos un culpable. Elige un hispano cualquiera de los que limpian y despídelo sin indemnización.

¿??????

- Mc Millan, soy el CEO de RIM porque el Directorio confía en mí, ¿verdad? Dame el nombre de un hispano de la limpieza o el que se va de la compañía eres tú.

Jonathan López, se ocupa de servir el café en el primero y segundo piso.

- Dile que está despedido e iniciémosle un juicio penal por sabotaje, ¡ahora mismo! Y llama a conferencia de prensa para dentro de 24 horas. Si no tienes resuelto el problema, pedazo de idiota, te reduciré un 5% de tu bono anual, ¿me entiendes?



sábado, 8 de octubre de 2011

El infierno y las vísceras

Te di mi corazón

y te supo a poco

Entonces te di mis pulmones

Mis ojos

Mis vísceras

Diste un portazo

Me llamaste trastocado

//

Solo

En tal clima irrespirable

Destripado

Muriéndome a oscuras

Espero tu regreso

Y mis vísceras

viernes, 30 de septiembre de 2011

Para saber si estás vivo

Quien desee saber si está vivo
tiene varias operaciones
A elección
Pincharse una aguja en un dedo
Caminar en la noche
Buscarse en un espejo
(aunque ya he visto a algún muerto
merodeando por ahí)

Para saber si estás vivo
puedes probar a enamorarte
A desengañarte
A olvidar
(pero también he visto
a algún dios enamorado y
furioso)

Para saber si estás vivo
no recomiendo
una bala en la sien
La comprobación será fugaz
e inútil
Además no son amables
los ángeles suicidados.

La mejor manera
de saber si estás vivo es
dejar lo que hiciste hasta hoy
y ver qué pasa luego de cambiarlo todo

Swedenborg dice que los muertos
no saben que lo están y simplemente
siguen haciendo sus rutinas
como si fuesen mortales
todavía

martes, 27 de septiembre de 2011

Calle Bioy Casares



Desde la semana pasada hay una calle en Buenos Aires llamada Bioy Casares. Lo primero que pensé fue que está un poco lejos de la calle Borges. La de Bioy tiene una cuadra y la de Borges unas diez y cada uno está en su barrio preferido: Bioy en Recoleta y Borges, en Palermo. Desde mi Liniers, Recoleta era inalcanzable por lo distante, por su glamour. Las casas bajas de Palermo, en cambio, me resultaron siempre más amigables. Entre las calles de Bioy y Borges hay muchas paradas del gusto de ellos, como el zoológico del Borges niño, o el bar "La Biela" del maduro Bioy. El cementerio de La Recoleta era del gusto de los dos. Allí está Bioy, allí debería estar Borges. También entre ambas arterias (así nombran a las calles en la radio) hay algunas casas de ellos, como la de Pueyrredón y Las Heras, donde Borges tuvo el buen criterio de abrirse la cabeza contra el filo de una ventana abierta y así poder escribir "El Sur". Cuando la calle Bioy se llamaba Schiaffino, fue el domicilio de Bioy y su esposa Silvina. A ellos les daría risa, tal vez temor, ser nombre de calles. Pensaban que con el paso del tiempo los transeúntes olvidan a la persona homenajeada y la transforman en una calle y nada más, como puede ocurrir con Vidt, Alvarez Jonte o Schiaffino. Es un lindo paseo unir ambas calles. Si se va por la avenida Las Heras se pasa por la casa de Macedonio Fernández, y si se vuelve por Honduras, por la de Evaristo Carriego. Tendríamos así una especie de cuadrado formado por calles y casas de escritores. Aunque seguro es una irrealidad. Dicen que Macedonio -como Carriego- son dos invenciones de Borges. Y Borges tal vez, con el paso del tiempo, sea una invención de Bioy. Por suerte el cartel que anuncia la calle Bioy Casares desde la semana pasada, no parece de ficción. Al menos ahora, a punto de iniciar mi caminata, no lo parece.


miércoles, 21 de septiembre de 2011

La primavera la sangre altera

Llega la primavera y aumentan los accidentes por culpa de conductores distraídos por escotes; peatones trastabillantes por culpa de polleras cortas y oficinistas que se vuelcan el café detrás de sus burocráticas ventanas, culpa de taconeos vistosos.




jueves, 15 de septiembre de 2011

Sueño con caniches

Sueño con caniches. Me rodean perritos lanudos y con sus chillidos (porque todos sabemos que los caniches no ladran, sino que chillan) no me dejan dormir. Son blanquitos y encantadores, tal como yo los detesto. Y con sus ojitos histéricos parecen decirme que ellos tienen más pedigree que yo, lo cual es cierto. Quisiera estrangularlos lentamente pero el problema es que si no mato una mosca, mucho menos podré con un caniche chillón (mosquitos y cucarachas sí mato, y como carne de animales asesinados, pero no es lo mismo)
En el sueño los caniches me rodean y apoyan sus patitas delanteras (protegidas por un encantador calzado de color fucsia) en mi cama. Y me chillan al oído. Consigo atrapar a uno del cuellito y sonrío mientras lo sofoco, pero enseguida decenas de pares de caninos se clavan en mis piernas. Son los dientes de sus hermanos caniches, defendiéndolo.
Quisiera aclarar que en la vigilia no los mato de bueno sino porque soy un cobarde. Imagino que mientras estoy apretando el cuello los ojitos se van apagando lentamente y así, de la histeria, pasarían a la lenta y postrera sorpresa. Y eso me angustia.
Para colmo (en este caso colmillo) me preocupa el lado vudú del asunto. ¿Y si la histeria del caniche estrangulado me traspasa y a partir de ahí, ando por la vida dando chillidos histéricos y con una especie de tela fucsia encantadora protegiéndome las patas?




lunes, 12 de septiembre de 2011

Un muy recordativo placer

"Sospecho que los novelones policiales de Eduardo Gutiérrez y una mitología griega y el Estudiante de Salamanca y las tan razonables y tan nada fantásticas fantasías de Julio Verne y los grandiosos folletines de Stevenson y la primera novela por entregas del mundo: Las mil y una noches, son los mejores goces literarios que he practicado. La lista es heterogénea y no puede confesar otra unidad que la consentida por la edad tempranísima en que los leí. Yo era un hospitalario lector en este anteayer, un cortesísimo indagador de vidas ajenas y todo lo aceptaba con venturosa y álacre resignación...Cada cuento era una aventura y yo buscaba lugares condignos y prestigiosos para vivirla: el descanso más empinado de la escalera, un altillo, la azotea de la casa" Jorge Luis Borges "El idioma de los argentinos"


De hacer una lista borgeana, debería empezar por La Isla del Tesoro y Sandokán. Si hablamos de libros, porque en realidad comencé leyendo historietas: Patoruzú, Isidorito o la revista "El Tony". El primer libro serio que leí fue "Los Verdes Años" de Cronin, del cual no recuerdo mucho, sólo que no quería interrumpir nunca la lectura de la vida del chico que la protagonizaba. Creo que aún lo tengo por ahí y nunca me atreví a releerlo porque pienso que sería una especie de sacrilegio, o más bien le tengo temor a la decepción.

Borges dice que le gusta más releer que leer: "debo confesar (no sin lástima y conciencia de mi pobreza) que releo con un muy recordativo placer y que las lecturas nuevas no me entusiasman"

Tal vez tenga razón y debiera hacer un alto. Quizás volver a leer el libro de Cronin me permita disfrutar ese recordativo placer y descubrir qué le pudo interesar a aquel pequeño lector de la historia de un chico como él, contada en un libro que le parecía para "grandes"

Y usted, estimado lector...¿Por dónde empezó?

lunes, 5 de septiembre de 2011

Un policial clásico

Hay un tipo que ve un asesinato y huye. Luego se entera de que lo que vio es el crimen de alguien importante. Algunas personas saben que él fue el testigo, del lado de los policías y del lado de los malos. A nadie le conviene que declare, todos lo quieren matar, incluso muchos policías malos. Una chica se enamora de él e increíblemente lo ayuda, pero luego se devela el misterio: los enemigos del tipo mataron al papi de ella. Los malos lo tienen cercado. Los policías malos también. Parece que va a morir, y tienen a la chica. Pero hay un policía bueno –sólo uno- que descubre todo y los ayuda, aunque lo matan en el tiroteo final. El tipo se queda con la chica, el policía bueno asciende “post mortem” y los crímenes no quedan impunes. El tipo podría ser Robert Mitchum. La chica, Lauren Bacall. En el rol del asesinado, Edward G. Robinson. El Jefe de los malos, Bogart. El Policía bueno, Kirk Douglas. A mí me gustaría ser uno de los matones de Bogey, de esos que sólo dicen “Sí, Jefe” y luego hacen un desastre.




miércoles, 31 de agosto de 2011

Dos hombres que quisieron ser escritores



Uno nació en Biel, Suiza, en 1.878. El otro en Rheydt, Alemania, en 1.897. Uno se fue a vivir con su hermano a Berlín antes de terminar la escuela y allí trabajó en una oficina mientras escribía poesía. Nunca dejó de ser pobre. El otro, pobre también, mientras escribía obras de teatro consiguió terminar sus estudios y que lo llamaran Doctor. Ambos amaban la literatura. Uno se internó voluntariamente en la década del veinte y nunca más volvió a vivir afuera hasta su muerte en el neuropsiquiátrico de Herisau, el 25 de diciembre 1.956. El otro empezó a rodearse de locos a partir de la década del veinte y nunca se apartó de ellos hasta su muerte el 1º de mayo de 1.945. Los editores jamás los tuvieron en cuenta y los despreciaron. Uno adquirió notoriedad póstumamente y a su pesar, ya que “lo que para otros es lo máximo, para mí es lo mínimo” Simplemente deseaba que nadie lo viera. Apareció muerto en la nieve de un día de Navidad y escribió cosas como esta: “los ojos transmiten ideas, por eso los cierro de vez en cuando, a fin de no verme obligado a pensar”

El otro deseaba ser visto, escuchado y respetado por las masas. Lo consiguió, a un precio inconmensurable. Se suicidó junto a su familia un día de los trabajadores y su cuerpo apareció calcinado. La Segunda Guerra Mundial llegaba a su fin y Alemania estaba en llamas. Escribió que “Una mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en una verdad”

Uno se llamó Robert Walser y es tal vez el máximo escritor de Suiza, admirado por Kafka. El otro se llamó Paul Joseph Goebbels, Ministro de Propaganda del Tercer Reich y es tal vez el mayor demagogo del siglo XX. Los microgramas de uno y la biografía del otro llegaron a mí el mismo día y por la misma mano. Y me resultó muy curioso que llegaran juntos. Por eso ordené sus caos arbitrariamente. Como corresponde ordenar cualquier cosa.



sábado, 27 de agosto de 2011

Disculpe

Disculpe si no me presento

Disculpe si no le contesto

Disculpe si no estoy disponible

Disculpe si no me cambio

Disculpe si no me baño

Disculpe si no me afeito

Disculpe si no le digo que pase

Disculpe si no le invito a un café

Disculpe si no me lavo los dientes

Disculpe si no le comento

Disculpe si no me levanto

Disculpe

Disculpe

Disculpe

Pero por lo que más quiera

No deje de quererme jamás

Porque eso nunca

Pero nunca

Se lo perdonaré





martes, 23 de agosto de 2011

Pena


No tengo luz

No anda la estufa

La compu tiene un virus

Que me deja sin acentos

El teléfono sin batería


El cheque no se acreditó

El corazón es grande

Pero la cama también


Me acostaría ya mismo

A comer arroz con leche

Pena haber dejado todas las sábanas

En el lavadero

Y que el arroz esté

tan pero tan duro.



sábado, 13 de agosto de 2011

Los buzones abandonados

Alguien debiera hacer algo por esas pocas cartas que duermen en los estómagos postales. Es que ya nadie abre los buzones. Y esto ocurre hace años. Pero claro, a Ud. no le interesa porque despacha su correspondencia por e-mail. Lo cierto es que los Jefes de las Oficinas de Correos son reemplazados por jóvenes que los olvidan porque simplemente no se dieron cuenta de que están ahí. Esos enanos rojos que hay en algunas esquinas parecen haber desaparecido del paisaje porteño. Yo sé que hay personas que aún los ven. Un señor mayor que le despacha una carta a su hijo que vive lejos, con estampillas y todo. O un chiquito que les deja un pedido a los Reyes Magos porque no confía en sus papás. Incluso algún travieso que mete en la ranura una hoja de papel de diario embadurnada con pegamento, o la hoja seca de un paraíso. Haré algo. Estoy seguro de que algún Jefe Jubilado, de puro responsable que es, ha conservado una copia de la llave maestra de todos los buzones de Buenos Aires. Y cuando me la preste los abriré y me encargaré de que lleguen sus contenidos a destino, aunque sea demasiado tarde y el remitente haya muerto o ya no crea en los Reyes Magos. Porque una Oficina de Correos es algo muy serio. Y es mejor una carta que llega tarde a una que no llega jamás. ¡Pero no se equivoque! No solamente soy un Robin Hood, también tengo mis mezquindades. Me anima un deseo que apenas puedo confesar. Quien le dice si entre las cartas de cierto buzón de Palermo no encuentro una dirigida a mí. Esa carta que soñé en tantas noches de desvelo y que ahora, intacta bajo el polvo del olvido, tal vez me ayude a comprender algunas cosas.

lunes, 8 de agosto de 2011

El tiempo recobrado

Cuando me lo contó sus ojos mostraban sorpresa. Cuarenta años de casada con un hombre que leía a Proust y ella lo supo tiempo después, revisando trastos. No sólo lo leía, sino también lo subrayaba y comentaba. Yo estuve ahí, apuntó sobre Combray. La escuché en silencio. Sus ojos revelaban cierta admiración además de sorpresa, como si ese dato cambiara su juicio sobre el hombre con quien durmió durante cuatro décadas. El llegaba siempre cansado, ella era ama de casa, y conversaban trivialidades en la cena. Traía consigo “A la sombra de las muchachas en flor” y me mostró un párrafo subrayado: “Es muy difícil para cualquiera calcular exactamente en qué escala ve sus palabras o sus movimientos otra persona” Mientras hablaba me pregunté cómo se puede ocultar una pasión, en la casa o en la conversación, a la persona que se ama. O cómo ésta no es capaz de descubrirla. Su esposo leía a Proust pero nunca se lo dijo, vaya a saberse por qué, y ella jamás lo notó. Tal vez sea tiempo perdido revolver los muebles viejos de otra vida nuestra, aquella en la que compartimos momentos con alguien, y descubrir qué poco sabemos del otro y de nosotros mismos. Aunque pensándolo bien, quizás sea una buena forma de entender algunas cosas, y así recobrarlas. Como le sucedió a ella, que no sabía que él leía a Proust.

jueves, 4 de agosto de 2011

Mi próxima novela

Respetable público, les dejo una sinopsis de mi próxima novela, por si alguien quiere aportar algún detalle. Ya está en pruebas de imprenta pero toda sugerencia será bien recibida. Para esos están los amigos, verdad?


"Cypriano de Ranelagh" cuenta la historia de un gaucho poeta, orgulloso y sentimental, pero su mayor defecto es poseer una gran nariz hasta lo ridículo. Está enamorado de una mujer hermosa, su prima Rudecinda, pero dada su propia fealdad, no espera nada de ese amor. Rudecinda, por su parte, está enamorada del Zoilo, otro paisano. A diferencia de Cypriano, el Zoilo es un lindo mozo, pero no es elocuente. Cypriano pacta con el Zoilo escribirle las cartas de amor a Rudecinda, pues de esta forma logrará al menos expresarle a su amada sus sentimientos. Rudecinda, cada vez más impresionada del espíritu de su amor, confiesa al Zoilo conmovida, que si bien el amor hacia él comenzó por el atractivo físico, ahora era su alma lo que ella amaba. Esto resulta demoledor para el Zoilo y euforizante para Cypriano ya que ella menciona que le gustaría aunque fuese feo. Pero el Zoilo muere y nadie le explicará a Rudecinda la verdad de la historia. Después de la muerte del Zoilo, Cypriano se transforma en el gran compañero de Rudecinda, la va a visitar todos los días exactamente a las 6:00 pm. Pero un mal día Cypriano se retrasó pues al pasar al galope se ensartó un pedazo de ombú rompiéndose el cráneo y el chambergo, y le indican que no se puede mover de la tapera o de lo contrario morirá, pero Cypriano de puro cabezón que es va a verla a la Rudecinda, le cuenta lo ocurrido y muere al salir, al lado de su fiel caballo "Fogonazo"

FIN






domingo, 31 de julio de 2011

Huelga de payasos

En el circo dicen que la idea fue del payaso Pastillita. No querían más dinero ni mejoras laborales. En realidad no se conocían sus pretensiones. Parece que el asunto comenzó cuando un chico se asustó del maquillaje fuerte de Pastillita y éste, en lugar de ganarlo a fuerza de pura simpatía como corresponde en estos casos, le soltó un buuuuuuuuuu que el niño cambió por buaaaaaaaaaaaa. Y ahí comenzó la revuelta.

Una hora más tarde ningún payaso trabajaba y el que podía, asustaba a cualquiera del público. Incluso con gestos soeces no exentos de lenguas libidinosas o pitos catalanes. Aguantaron la presión de los patrones y ni siquiera los irascibles enanos lograron parar la huelga. Los domadores aprovecharon para salir con las mujeres barbudas y los leones se plegaron al paro, puesto que querían dormir únicamente.

Finalmente se formó una asamblea. Se presentaron 11.222 payasos, y algunos vinieron de tan lejos que el maquillaje se les borró y la suciedad les tapó los colores de sus trajes. Por suerte para ingresar, a modo de carnet, bastaba con la nariz de payaso.

Pastillita quiso empezar a hablar pero los payasos, hartos de tanta seriedad, comenzaron a reírse de él y le tiraron bollos de papel y le amagaron cachetadas para que Pastillita se agachara y repitiera el movimiento. El barajuste fue tan desbaratado y el bochinche tan abochinchado que llegó la policía y reprimió con carros hilarantes y perros malhumorados, lo cual empeoró la cosa. Los padres del menor que aún seguía haciendo buaaaaaaaa querían sangre de payaso y entonces le formaron una rueda de reconocimiento con cinco payasos que resultó una fantochada, porque ninguno era Pastillita. Una periodista le recriminó al Payaso Cabezota la falta de cohesión y claridad para definir los puntos del reclamo payasil. Le dijo que al movimiento le faltaba conducción política. Cabezota le dio un piquete de ojos y al grito de buuuuuuuuu levantó la Asamblea sin haber dado el orden del día. No hubo detenidos porque la policía les tiró a los revoltosos gases lacrimógenos pero claro, no funcionan con payasos.


(Dedicado al que esté triste)

miércoles, 27 de julio de 2011

Una belleza que no me robo porque aún soy decente

… Debería llevar puesto un impermeable,

uno viejo, sucio

por no tener bastante dinero para llevarlo al tinte.

Sacará las gafas, y allí,

en la librería, hojeará mis poemas,

luego pondrá el libro en la estantería

y se dirá a sí misma:

“Por este precio, puedo llevar

mi impermeable a la tintorería.” Y lo hará.


Ted Kooser, traducido por Hilario Barrero y que me descubrió Beatriz

miércoles, 20 de julio de 2011

Una historia de sexo

La fálica llave traicionó a su cerradura de toda la vida con otra. Intentó explicarle a la amada que el desliz fue provocado por un brazo irresistible (no sabemos si real o imaginario) quien la introdujo en el conducto equivocado. Vana justificación, la cerradura no entró en razones porque es muy tradicional. Los delatores fueron el chismoso del candado y la microllave que lo penetra, quienes frígidos por vivir en perpetuo acoplamiento, viven mirando lo que pasa en el llavero.

sábado, 16 de julio de 2011

Los últimos momentos de Mr. Camembert

“Queso camembert. Para consumirlo retirar de la heladera 1 a 2 hs. antes (hasta alcanzar alrededor de los 20º C) y comerlo con cáscara”

Eso hice, aunque en verdad no lo retiré de la heladera dos horas antes de comerlo con cáscara sino que lo retiré y esperé dos horas, que no es lo mismo. Es que no soy de comidas rigurosamente puntuales. El problema fue que no lo comí entero, así que luego de quedar a la intemperie durante tres o cuatro horas volví a guardarlo en la heladera (con cáscara, desde luego) y unos días después de eso aquí me encuentro, saboreando el mismo queso, aunque un poco más fuerte de aroma y de gusto. Bueno, desde Heráclito ya se sabe que nunca somos los mismos, ¿por qué habría de serlo este camembert?

Me pregunto si no habrá sido un error. Pronto lo descubriré. En los que podrían ser los últimos momentos mi cabeza piensa cosas raras. Recordé mi noticia preferida de la semana: “Medusas invaden plantas eléctricas” Así decía el titular en Internet por algo extraño que sucedió en Israel, que sonaba de título perfecto para una novela de ciencia ficción. Incluso imaginé su desenlace: ¡Comandante Kaufman!...¡Auxilio!... Le habla el ingeniero Angel A. Horowitz III desde Electric Corp. Hadera… Creo que no ha quedado nadie vivo en toda la central… ¡Es el caos!... ¡Medusas invaden plantas eléctricas!... ¡Están dejando su huella pegajosa y asesina por todas las centrales del área!... Los venenosos bichos no se repliegan ni siquiera frente a nuestros heroicos benguriones robotizados: se los chupan como si fueran de hielo seco. Estoy rodeado de estas malditas gelatinas congeladas y tengo frío, mucho frío…Ya no me quedan balas, ni siquiera fósforos. Uno goza con cosas inverosímiles en la batalla: el ssssssss de las medusas por ejemplo, que no sé si es un grito sordo o simplemente el rechinar de su viscosidad pringosa asándose al fuego. Entonces grito:¡muérete horrenda babosa!.¡¡¡.ahhhhhhhhhhhh!!!!! ¿Me escucha Comandante Kaufman? ¡¡¡Kaufmaaaaaaaaaannnnn!!!!)

Luego pensé en la sabiduría china de No Tsé, quien le hubiera dicho al Ingeniero Angel A. Horowitz III que "En lugar de lamentarte que tienes el agua a la altura de tu cuello, agradece por medir 1:76 mts." No sé si el Ingeniero Horowitz III lo habrá alcanzado a oír. Tal vez las babosas ya se lo han devorado.

Ha pasado un rato y el camembert se ha estacionado agradablemente en mi estómago, pero su fuerte aroma se mantiene en todos los rincones de mi casa. Me fijo en Wikipedia para saber si el olor es normal y me encuentro con esta definición: “El buen Camembert, posee un aroma puro y un pronunciado toque a setas, cremoso y complejo, con notas a hierba fresca”…” un sabor amargo y amoniacal es un camembert pasado” A primera lectura parece sencillo discernir la diferencia entre la hierba fresca y el amoníaco, pero luego me da la sensación de que las setas están a medio camino entre una cosa y otra. Recuerdo las enseñanzas de Don Juan y empiezo a dudar….

Mejor me voy a dormir la siesta. Una de dos, o en un rato me levanto sin mayores problemas, o soñaré con medusas que invaden plantas eléctricas.

Por si las moscas, les aclaro que fue un gusto incalculable haberos conocido.


domingo, 10 de julio de 2011

El buen escritor

Un buen escritor no piensa en la comodidad del lector, ni en su necesidad de finales felices. No le preocupa que confundan a su narrador con el autor, ni se empeña en aclarar, explicar o despejar dudas, cabos sueltos, oscuridades, salvo que lo pida la historia. Un buen escritor sólo quiere ser honesto consigo mismo y sabe que el reconocimiento de hoy puede ser el olvido de mañana, aunque a veces de milagro, sucede lo inverso. Un buen escritor huye de los talleres literarios, atajo para vagos que buscan lectoescritura predigerida, y escapa también de la escritura obscenamente catártica y autorreferencial, porque toda literatura lo es sin necesidad de dar nombres, apellidos, fechas de nacimiento y diciendo “yo” cada tres palabras. Un buen escritor va a un psiquiatra en lugar de martirizar a sus sufridos lectores con su día a día, salvo que lo cuente maravillosamente. Un buen escritor no es solemne. Un buen escritor no es el que está dispuesto a dar la vida por la literatura, sino el que es capaz de abandonarla por un buen culo (perdón Bukowski) o para traficar armas en Abisinia. Yo no tengo ninguna de esas condiciones. Eso sí, estoy dispuesto a abandonar mis desasosegados escritos ni bien se me cruce la oportunidad. Pena que Abisinia ya no exista.

miércoles, 6 de julio de 2011

Víctor Noir


Negra la muerte vino a verte

En un absurdo

¡Víctor!

Hombre niño novio

Que yaces en París

Para deleite

De quien busca

Centurias después

Lo que no pudiste darle

A tu amada



jueves, 30 de junio de 2011

Cementerios vivos

Un cementerio de noche puede ser bien diferente a como lo imaginamos. Recuerdo que de niño iba a uno con mis amigos, en fila india, que quedaba a un par de kilómetros del pueblo donde nació mi padre. En la noche clara se pueden ver las sombras de extraños visitantes y la fiesta de los gatos. Los cementerios no suelen ser silenciosos. Está el ruido del viento, por empezar. El de las hojas. Los inquilinos son callados, desde luego. Los cementerios tienen vida, se la da cada nuevo huésped y lo que rodea su ingreso: flores, llantos, deudos. Los que están muertos son los cementerios museo. Ya nadie se muda a ellos, y tienen algo como de templo profanado por guías de turismo. En el de la Recoleta no pasa nada, pero nada. De noche la inmovilidad es total. Salvo la pobre Rufina, siempre inquieta. El otro día fui a buscar un libro a una librería que queda casi enfrente del cementerio de la Chacarita, cementerio vivo por excelencia. Extraño lugar para una librería, me dijo un amigo. Quizás las librerías tienen algo de cementerio, con sus hileras que en lugar de nichos albergan libros. Claro que los libros tienen una ventaja. Reviven cada vez que los leemos. Los del cementerio de enfrente, no. Que yo sepa, al menos, ya casi ningún muerto sale vivo de allí.



martes, 28 de junio de 2011

Desinstrucciones

1) Escuche una canción como esta

2) En la calle, caminando, con la música en la sien

3) Baile mientras camina

4) No me importa que no sepa

5) Camine bailando

6) Mire

7) La chica esa le sonrió

8) O el muchacho que caminaba a su lado

9) Tal vez el enfermero de la ambulancia lo invite a subir

10) O el señor de traje le de vuelta la cara

11) Pero el policía se hizo el distraído

12) No piense que está viejo

13) No piense que está gorda

14) No piense nada

15) Ni siquiera que bailando arreglará sus cosas

16) Hágalo.

17) Es divertido

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