sábado, 25 de octubre de 2014
TESTICULAR
El bodegón está
en su hora más gloriosa. Lleno total, mediodía y noche. Mención en la
Tripadvisor. El local no lo informa pero según mis cálculos Borges pudo ir
regularmente allí a comer su arroz.
Todo lo que
sirven es excelente. Desde un plato sofisticado hasta una milanesa con puré.
Sólo hay que tener cuidado con el sector de la pared. El éxito es tan grande
que los dueños han puesto muchas mesas y del lado ese el pasillo se estrecha
demasiado. Los mozos son súper profesionales y van a lo suyo. Además son muy
respetuosos pero es inevitable, aunque pidan permiso, que cuando pasan de
costado con la bandeja, por la estrechez del paso, se produzca cierto roce glúteo con los
comensales. Incluso testicular, según el lado que a uno le toque. Mi codo fue
sensible a ese tipo de contacto y al principio me sobresalté un poco. Luego
comprendí que eran huevos gastronómicos, naturalmente cansados de tanto deambular con
la bandeja, insensibles a todo tipo de roce morboso. Es cuestión de suerte el
sitio que nos toque porque, como el lugar es exitoso, uno no puede elegir mesa.
Recomiendo acompañar la comida con vino. En el transcurrir de la cena el
estómago se va llenando, la mente se va oscureciendo, y el codo
desensibilizando.
Y cuando llegue
el momento del flan con dulce de leche, el roce habrá dejado de ser un
problema. Es más, quizás Ud. se sienta tentado/a de preguntarle al mozo si ya
se ha hecho revisar el quiste ese que se nota claramente en el costado
izquierdo de su masculinidad más profunda.
miércoles, 1 de octubre de 2014
Vals
Cuando escucho
este vals no pienso en Amélie
Tampoco en Camus
O en Montmartre
Lugares y
personas que no conoceré
Cuando escucho
este vals pienso en un flaco desgarbado
Mirando libros en
los bouquinistes
Que pronuncia las
erres como egues
Mientras fuma
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